Tras permanecer un largo tiempo en el refugio Lanex, en 2012 a Yineth Carolina García Soto le asignaron un apartamento, en la etapa I, torre 10 del urbanismo El Chorrito en Los Teques, donde estuvo durante nueve años, luego decidió irse a Colombia a buscar mejor calidad de vida, ahora regresó y se encontró con la sorpresa de que no tiene donde vivir.

Dijo que antes de viajar al vecino país, donde vivió tres años, acordó con su mamá que se quedara en el apartamento cuidando a sus tres hijos menores, sin embargo, ella no pudo seguir cuidándolos entonces se los llevó al papá. Posteriormente los pequeños pasaron al cuidado de la abuela, pero a ella la operaron y no los pudo tener más “por eso yo tuve que regresar de emergencia”.

Entonces la mujer le pidió a un amigo suyo de nombre Darwin Carrasquel que le diera “vueltas” (vigilara) de vez en cuando al apartamento y hace un año el hombre le comunicó que se lo alquiló a una señora “y yo no sabía nada, me enteré un año y medio de estar arrendado”.

La inquilina se amparó

“Hace tres meses le notifiqué a Darwin que yo retornaba al país por lo tanto tenía que pedirle desocupación a la persona que está allí en calidad de arrendataria. Ya al estar acá un sábado me presenté en mi casa y me encontré a Yamiltze Lenibeth Santos Rincón (la inquilina) a quien le solicité el desalojo”. Resulta que la mujer se amparó y alegó que tenían que darle tres meses para abandonar el inmueble “ya el tiempo se venció.

Ella acudió al Instituto de Vivienda de Miranda expuso el caso y un abogado me comunicó que yo perdí el derecho sobre el apartamento porque es una irregularidad que se haya alquilado. En otras palabras que me lo quitaron y eso es una injusticia porque yo no lo arrendé lo hizo mi amigo”.