Cada vez que llueve decenas de familias quedan atrapadas en sus viviendas
MARIBEL SÁNCHEZ
“Cuando llegamos aquí, hace más de 15 años, jamás imaginamos todo el calvario que nos tocaría vivir. En lugar de ensueño, esto parece es una pesadilla. Cada vez que llueve tenemos que quedarnos presos en casa, porque la quebrada que nos pasa por el frente impide que salgamos”.
Así se expresó Natalia De Abreu, habitante de la parte baja del callejón El Ensueño, en el sector La Mascota; comunidad tequeña ubicada al finalizar la avenida Bolívar.
Según refirió, debe estar permanentemente con botas de caucho a la mano, para poder atravesar todo el lodo que deja el enorme riachuelo, producto del colapso de la tanquilla por donde deberían fluir subterráneamente las aguas servidas y de lluvias.
Para ella, que tiene una hija en condiciones especiales, es imposible trasladarse con su pequeña a las terapias porque teme resbalar y caer con ella en brazos; y en el peor de los casos ni siquiera pasar a cumplir con tan importantes citas, porque el agua se adueña de la vía.
“Toda esa agua se acumula porque se tapó el colector, gracias a la inconciencia de los mismos vecinos que lanzan basura indiscriminadamente, ahora está cubierto de monte. El punto es que las aguas residuales bajan por allí junto con la que cae producto de la lluvia y agarran por la carretera de tierra, impidiendo el libre tránsito a pie, vamos a tener que inventarnos una canoa”.
Casa por cárcel
Pese a que el agua aún no alcanza a meterse hacia las viviendas, señalan que padecen porque la carretera “les come” los zapatos en un abrir y cerrar de ojos; amén de que están condenados a vivir con el calzado sucio a donde van, por toda la tierra que hace parte de la misma.
Belkys de Abreu, afirmó: “Mi carro está parado frente a la casa y dudo que vuelva a salir de ahí, primero porque es imposible rodarlo en una vía tan destruida y segundo por todas las afectaciones que ha sufrido a nivel de tren delantero, amortiguadores, cauchos”.
Ha pasado hasta dos meses represada en su vivienda, como si estuviera pagando una condena de casa por cárcel, porque las lluvias no le dan tregua para movilizarse, en virtud de que tiene un padecimiento en las rodillas que le impide desplazarse por las escaleras que conectan la parte baja con la parte alta del sector.
“Un vecino que tiene a su mamá en silla de ruedas, sufre muchísimo cada vez que tiene que llevarla al médico por lo difícil del acceso desde y hacia la avenida Bolívar. Esta carretera amerita urgente que la arreglen, y que a su vez destapen la tanquilla que deriva en el río que les estamos contando”.
Los problemas abundan
Recientemente se deslizó un talud de tierra que amenaza con tapiar la vía y encima pone en peligro la estabilidad de las casas que están arriba.
“Además el monte que hay de lado y lado nos mantiene en una constante zozobra, porque cualquier animalito puede salir de allí. Entre la quebrada y el montarral siento que tenemos nuestra propia selva del Darién”, aseveró Belkys.
Dijo que pasan hasta un mes sin servicio de agua potable y que deben valerse del líquido que recoge de la lluvia para poder medio resolver.
Pedro Aparicio, denunció el inconveniente que les trae la escasa iluminación con la que cuentan en el callejón. “En primer lugar, no hay alumbrado público desde la Y en la Bolívar hasta la comunidad de La Mascota, dentro de la parte baja del callejón El Ensueño estamos también a oscuras, son poquitos los postes que cuentan con luminarias”.
Resaltó sentirse completamente en el olvido, porque ni siquiera cuadrillas de limpieza mandan para el lugar y no tienen un contenedor para la basura. “Pedimos con el corazón a cualquier ente público que nos ayude. Corrigiendo lo de la carretera y el alumbrado tendríamos solución a muchas otras cosas”./rp Fotos: Yuliettsha Molina