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La vida de Alvis Manzo se divide entre un gimnasio y una peluquería

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Karines Sabino

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Alvis Coromoto Manzo es una dama multifacética que desde pequeña ha alcanzado un sinfín de metas con constancia, es soñadora de nacimiento, apasionada del mundo fitness, se considera una guerrera y una amante empedernida de la vida.

Narró que es la segunda de seis hermanos, criada por una tía política, de adolescente se fue a vivir con su madre, pero desde los 14 años le tocó ayudar económicamente a su familia.

A partir de ese instante se desempeñó como cajera en panaderías, cocinera en restaurantes, entrenadora en el gimnasio y peluquera.

“Siempre le he puesto el corazón a todo lo que hago, jamás he parado de trabajar, mi lema es que las cosas se hacen de manera honrada, he aprendido a realizar muchos oficios con mis 49 años de edad”.

Recordó que de niña y adolescente fue muy tímida, pero el hecho de salir a enfrentar el mundo la hizo más aguerrida, humana, humilde, sencilla, con un carácter fuerte, pero a la vez cariñosa, agradecida y apegada a su linaje. Posteriormente, de adulta, decidió culminar sus estudios de administración.

“En el mundo de la peluquería soy perfeccionista y en el gimnasio aplicada a la corrección, un cabello mal cortado se arregla y crece, pero un músculo mal formado o maltratado tiene sus consecuencias”.

Reseñó que siempre ha vivido para el adiestramiento físico y el salón de belleza. “Tengo muchos años de peluquera y unos 13 años siendo entrenadora. He preparado a beisbolistas, corredores, atletas de alto rendimiento y hasta personas de la tercera edad; eso me lo ha dado la experiencia, además de un sinfín de cursos”.

Precisó que pese a todos los problemas que hay en el país en la actualidad, se considera una mujer feliz, pues asegura que las adversidades forman al ser humano. “Creo que una persona que nunca se ha equivocado es porque no ha intentado nada nuevo. Los sueños se hacen realidad, sobre todo cuando luchas por ellos, para lograr eso hay que pasar por senderos difíciles, pero al final todo tiene su recompensa”.

Señaló que la humildad es el principio de todo. “Creo que es una cualidad importante para poder vivir en esta sociedad donde es fácil deslumbrarse y ser vanidoso”.

Por otro lado, confesó que le gusta leer y escuchar música. “Por eso les digo a los jóvenes que no se dejen arrastrar por la selva de cemento, que vayan por el camino del bien con sabiduría, pues el que viaja de la mano de la delincuencia termina en un destino incierto”.

Inicios como deportista

Desde los 13 años, Alvis aprendió a enamorarse del ejercicio, hacía pesas olímpicas en el antiguo gimnasio de Boxeo Manuel Mota de Los Teques, donde inició como atleta.

“Participé en full competencias nacionales e internacionales, pero no fue sino hasta los 35 años que retomé el mundo de los hierros como solemos llamarlo, fui a varias competencias sin mayores éxitos que terceros lugares, y a veces sólo me devolvía con más conocimientos y una bonita enseñanza. Tuve la dicha de viajar a varios estados de mi país, siempre representando a mi pueblo, Los Teques, donde crecí”.

Manifestó que la sociedad consideraba que las mujeres que estaban en el mundo del fisicoculturismo eran “feas”, pero luego de que se creó la Federación Venezolana de Físicoculturismo y Fitness, la actividad comenzó a agarrar más popularidad.

“Elegí ese universo porque me gustaba la atrofia muscular, verme gruesa, ruda, aunque a mi familia le parece horrible”.

Recalcó que siempre fue fitness, después pasó a body fitness (un entrenamiento que está calificado como uno de los más rápidos para perder la grasa corporal), hasta tres años atrás, cuando participó como wellness (un equilibrio saludable entre los niveles mental, físico y emocional, logrando como efecto un estado de satisfacción general).

“He practicado de todo un poco a nivel atlético, sigo como entrenadora en un gimnasio conocido de El Tambor, pero ya me alejé del fisicoculturismo, antes de que naciera mi hermosa nieta, por la cual me retiré del medio”.

Una amante de la belleza

En el gremio de la peluquería comenzó a los 19 años. “Realicé un curso en la escuela de profesiones de la Escuela Técnica Nacional Roque Pinto, hoy día sigo laborando en un salón de Los Nuevos Teques.

“Me gusta aprender nuevas técnicas, estar actualizada para darles lo mejor a mis clientes, jamás he tenido una queja de mi trabajo porque soy perfeccionista”.

A futuro se visualiza como encargada de una organización que forme, capacite y estimule a la mujeres a “ser inspiración, que aprendan a cuidarse y quererse. Quienes deseen contactarme, pueden hacerlo a través de la red social Intagram @Alvis_Manzo, por ese lugar pueden conocer mi trabajo”.

La familia es su inspiración de vida

“Mi nieta y mis dos hijas son mi inspiración, mi familia no tiene precio, no tengo palabras para definir lo que son para mí, las considero mi existir, la vida, el universo, todo”, dijo Manzo.

Por otro lado, precisó que para ella también la amistad es importante, ya que es “una palabra pequeña que encierra una relación grande con personas, es compartir la vida, aunque seamos totalmente diferentes, es algo de mucho valor”./CL/ac

 

 

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