La quebrada Camatagua amenaza a familias de Los Lagos y El Cacique

RONALD PEÑARANDA

MILDRE TORRES

Un total de 17 casas ubicadas en la entrada de Los Lagos en Los Teques, resultaron afectadas con el fuerte aguacero que cayó el viernes y que generó la crecida de la quebrada de Camatagua.

“Cuando ví que se venía encima la lluvia agarré a una niña de tres años que tengo a mi cargo y nos fuimos para donde mi hija en La Matica”, manifestó Marlene González, vecina.

Regresó la mañana de este sábado y encontró su vivienda totalmente inundada. “El agua alcanzaba una altura de medio metro. Es casi la una de la tarde y  todavía sigo secando la sala y los cuartos”.

Subrayó que desde el 18 de octubre de 2018, cuando la quebrada se desbordó y perdieron parte de sus artefactos eléctricos y  enseres “tengo los corotos que pude salvar donde mi hija y un compadre”.

“Aquí solo tengo una cocinita eléctrica, una cama, es decir lo necesario”.

En esa oportunidad tanto ella como el resto de familias perdieron lavadoras, neveras, cocinas, juegos de cuarto. “El Gobierno nos dio un colchón, que en realidad es una colchoneta y más nada”.

Ana González, vocera comunal, aseguró que después del aguacero, “llegaron hasta acá funcionarios de los Bomberos y Protección Civil, se bajaron de sus vehículos, se tomaron fotos y se retiraron”.

La vía volvió a inundarse. “La segunda alcantarilla que está acomodando la Alcaldía se tapó con unos escombros que dejaron los obreros a un costado. Nosotros cuando estaban haciendo los trabajos advertimos que esas piedras ahí traerían problemas pero ellos insistieron en que las aguas no las arrastrarían y fíjese lo que pasó”.

Este sábado una máquina que envió el ayuntamiento retiró el sedimento.

Viven en zozobra

En el sector  El Cacique una veintena de familias también viven en zozobra desde que comenzaron las lluvias. El viernes el agua de la quebrada amenazó con entrar a sus inmuebles.

Admiten estar paracoinos porque ya hace ocho meses vivieron una amarga experiencia, la Camatagua se desbordó y todas las casas se anegaron.

“Cada vez que vemos que va a llover recogemos los corotos y los ponemos en un solo lugar en la casa”, declaró Reina Díaz.

Los habitantes piden el embaulamiento de la quebrada. “Ya llevamos 20 años haciendo esa solicitud”.