La película inspirada en la vida del boxeador venezolano Edwin Valero se estrenará en los cines nacionales el próximo 25 de noviembre
Seis años después del fallecimiento del boxeador Edwin ‘El Inca’ Valero, el cineasta Ignacio Cottin lleva a la gran pantalla su versión de la vida del deportista que, para sorpresa de muchos, estará protagonizada por el actor venezolano Alexander Leterni y se estrenará en las salas de cine nacionales el próximo 25 de noviembre.
-Lo primero que llama la atención en su cambio físico, ¿qué tuvo que hacer para construir el personaje de ‘El Inca’?
-Ponerme senos (risas). Lo primero que tuve que hacer fue someterme a un trabajo exhaustivo de investigación para estudiar bien a Edwin (Valero). Me senté frente a la computadora y vi muchos videos para saber cómo peleaba, cómo se movía, pero sobre todo para saber cómo hablaba.
-¿Fue difícil el proceso de preparación?
-Sí, claro. Fue un camino largo que me llevó a perder doce kilos, llegué a pesar sesenta y seis. Pero más fuerte fueron las grabaciones en las que pedí que las personas que peleaban conmigo no fueran actores sino verdaderos boxeadores, por eso nada de lo que el público verá fue coreografiado. Fueron peleas de las duras en las que si yo pegaba duro, el otro me daba mucho más duro.
-¿En algún momento se sintió intimidado por la fuerza del otro?
-Por supuesto. Pero todo estaba en la mente. A ellos les pedía que fueran racionales con la fuerza, pues actuaban como niños que reaccionan de acuerdo con las acciones del oponente. Por otro lado, teníamos a Cottin (Ignacio, el director) que nos pedía hasta cinco minutos de puros golpes, ya que después de todo ‘El Inca’ salía de su casa a caerse a golpes. De eso trataba su vida.
-¿Cuál fue su acercamiento al boxeador? ¿Investigó?
-Sí, invesigué y mucho. Pero también por el hecho de que Edwin (Valero) era un mito, me dediqué a escuchar a muchísima gente hasta que dije: “Hasta aqui”. Y es que unos me hablaban maravillas, otros me decían cosas muy malas de él como que era un malandro y drogadicto, entonces yo mismo tenía que hacer mi propia versión. Sin embargo, como actor fui capaz de descubrir la nobleza del personaje y hasta del propio luchador.
-¿Cómo define al Edwin Valero que construyó?
-Wow. (suspira). Fue una persona que realmente tuvo una fuerza de voluntad increíble. Un gran padre de familia y un buen hombre que por desgracia se dejó llevar por la situación. Con todo, creo que él no mató a su esposa.
-¿Conoció a alguien de su entorno?
-Sí, por supuesto. A sus entrenadores, a gente que compartió con él en Mérida.
-¿Y a la familia?
-No lo pude hacer porque la dirección y construcción del personaje iba por otro lado. Busqué edificarlo a partir de observaciones y no de referencias. Esta versión que verán próximamente es la que concluimos el director y yo.
-¿Por qué cree que Ignacio Cottin lo eligió para interpretar el papel de ‘El Inca’?
-Los actores somos medio locos y para mí fue el mismo Edwin el que me eligió porque desde donde está supo que yo podía dar la talla con las exigencias del personaje.
-¿Tiene alguna anécdota de algo que haya pasado durante las grabaciones?
-Bueno, una de las cosas que pedí porque consideré que eran exigencias del papel fue que nadie me hablara ni se me acercara durante el rodaje. También solicité que no se dirigieran a mí como Alexander (Leterni). Hay otra anécdota y esta sí es diferente porque es paranormal. Resulta que un día yo me senté a almorzar y me extrañé, pues Scarlet Jaimes, que interpreta a mi esposa en la película, no me acompañó en la mesa. Pocos días después me explicó que no lo hizo porque alguien extraño estaba frente a mí, un hombre que parecía deportista. Después concluimos que ‘El Inca’ Valero me había acompañado aquella tarde a almorzar.
-¿Cree que ahora entiende más al boxeador?
-Sin duda. Gracias a el proceso de investigación tan personal y siempre desde la visión del director, puedo entender ahora a Edwin Valero.
-¿Sería capaz de perdonarlo?
-Estamos en un contexto de país donde ser objetivo es lo más difícil del mundo. Mucha gente lo tildó de asesino por lo que le ocurrió a su esposa, pero yo, Alexander, no soy ni seré capaz de juzgarlo pues nada me puede confirmar los hechos. Para mí, Edwin no mató a su esposa y fue una persona muy noble. Por eso es que nunca se confirma nada en la película. Aquí más bien se cuenta la historia de un hombre luchador que perdió el control de su realidad.
-Y usted, ¿continuará en el cine?
-Mi pasión es contar historias y el cine es una de las formas de hacerlo, así que por supuesto que lo haré.
-¿Cómo es la situación laboral para los artistas en Ecuador?
-Yo no vine hasta aquí para seguir mi vida como artista. Más bien me dediqué a emprender en los negocios y monté un restaurante. Sin embargo, de vez en cuando participo en comerciales.
-¿De qué manera ha tenido que abrirse camino en un país diferente?
-Yo decía que no me iba a ir de mi país nunca, pero la circunstancia me trajo hasta Ecuador, un lugar en el que si no te sientes inmigrante, te lo hacen saber todos los días.
Fuente: El Universal.
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