José Lugo Medina fue nombrado Patrimonio Cultural
Con una afinidad por la música desde los 10 años, José Lugo Medina, mejor conocido como “Pelo e’ Cochino”, inició su profesión en un grupo muy popular de Los Teques como “Azúcar, naranja y caña” con el maestro Antonio Plaza en 1972.
Contó que lleva la música en sus venas, pues muchos integrantes de su familia se desenvuelven en esta carrera, entre ellos su padre Cerso Lugo. Es el mayor de sus 12 hermanos y todos son músicos, Ernesto, José Antonio, José Luis y Jesús Enrique.
Así como Olinto Medina, fundador y director de la agrupación de salsa “Sexteto Juventud” y el hermano mejor conocido como “Ojo de vaca”; también Alejandro Medina, quien es cantante y líder del grupo Punto Sur.
Alegó que comenzó con la agrupación Yambo y en 1973 fue contratado por la agrupación Cuarto Parlamento.
“Me mantuve 21 años con ese grupo de balada, era el mejor de Venezuela para la época, pegó una canción inolvidable con el tema Pobrecito, su directores eran el bajista Gustavo, Jesús Caicedo, compositor, arreglista y organista. Yo tocaba el bongó y tumbadora, también grabé con ellos”.
Destacó que es fundador de la comunidad El Vigía, donde reside, “siempre hemos estado en la música, sacando muchos grupos en el territorio tequeño, han salido 42 grupos, uno de ellos Los Casinos y La Leyenda de gaitas”.
Medina se desempeña como músico de la agrupación Energía Musical, que tiene casi 40 años de trayectoria y su nombre deriva del ánimo que siempre lleva consigo. “Cuando no estoy tocando con mi grupo, estoy con los tríos, si no con los salseros, baladas o vallenatos, nunca he dejado de tocar”.
Casado con Carmen Elena Aponte, tiene dos hijos José Manuel Lugo Aponte de 24 años y Yaile del Carmen Lugo Aponte de 38 años, de los cuales se siente muy orgulloso.
“Cuando nos conocimos, se fue a La Guaira y tanto fue mi sueño de estar con ella como novio que me la traje, tenía 16 y yo 17, ya llevamos 41 años casados, mi familia es todo para mi, siempre nos hemos llevado bien, cuando discuto con ella le canto para que se alegre conmigo; ha sido un gran apoyo, pues siempre me acompaña a todos los eventos”.
Mencionó que de la nueva generación, su nieta de cinco añitos Yeimar Lugo, es cantante y ganó un premio con el tema “La Negra Lorenza”.
Sin ritmo no hay vida
Describió la importancia que tiene la música para él, “es vida, me siento bien de salud cuanto toco, los que tienen cualquier dolor y escuchan música, se les quita todo rápido porque es una anestesia para el cuerpo, es lo más bello que existe”.
Manifestó que cuando toca, siente una alegría muy grande, “se me olvida todo lo malo, cualquier problema; entra vida y salud, se los recomiendo a todos, el que haga esto con amor y con cariño siempre le va bien”.
Con 60 años, todavía sigue con el mismo entusiasmo que tuvo desde chiquito, dicta clases de percusión a niños y adultos de Los Altos Mirandinos. “Nuestra ventaja es que le estamos dando chance a todos los músicos de la región, nunca digo que no, porque todos somos iguales, sean niños, adolescentes y mayores”.
Señaló que su meta es ofrecer la agrupación a la fundación Polar y Ron Santa Teresa, “el proyecto que tengo es conseguirle contratación a todos los grupos de Los Teques, fuera de tendencias políticas, porque lo que vale es la música, la cultura y el deporte”.
Con una sonrisa en su cara, contó que todas sus experiencias han sido bellas, pero la que más lo ha marcado fue una vez que participaron en un festival en Coro, porque saliendo del populoso sector donde vive, se le fueron los frenos a la camioneta donde iban y hubo varios heridos.
“A mí no me pasó nada, iba contento porque iba a tocar, pero en el módulo vi a mis amigos montados en las camillas y les dije que se levantaran a pesar de que estaban golpeados y tenían hematomas, les dije que la música les iba a devolver la energía, así fue. Llamé un autobús y nos llevaron, cuando comenzaron a tocar se les quitó el dolor. La alegría que nos vino luego fue que nos ganamos el premio, gracias a Dios valió la pena y el esfuerzo”.
A su vez, enfatizó que hace dos semanas, en el mes del día internacional del músico, la Gobernación de Miranda, lo nombró Patrimonio Cultural.
“Como ya saben que siempre estoy pendiente de la música, los muchachos me llamaron para que metiera los papeles a la entidad, ellos evaluaron y quedamos tres, el bajista Eduardo Mercado, que siempre ha estado con nosotros, William González ‘Chocolate’ y yo, me siento contento de haber obtenido este reconocimiento. Doy gracias por darnos la oportunidad. Ese día celebramos con un sancocho”.
Campeón de boxeo
A la par con la música, “Pelo e’ Cochino” comenzó en el boxeo a los 11 años de edad. “Siempre salía para hacer un mandado y en mi barrio había niños que me quitaban la mercancía, me caían a golpes y me hacían a llorar y llegó un viejito que siempre miraba todo y me dijo que me metiera en boxeo para que aprendiera a defenderme”.
Así fue como decidió hacer caso a las palabras de aquel anciano y comenzó a practicar el deporte, no para competir sino por defensa propia. Fue tanto su desempeño que llegó a ser campeón Distrital, Central y Nacional y uno de los mejores atletas para el año 1973-1974, con los profesores Domingo Bastidas, Juan Ribas y Efrain Chiquito, quien costeaba todos los viajes.
“Las únicas dos peleas que perdí fue contra Valentín Troconis, hoy día es sociólogo y con Gilberto es entrenador, ahora más que amigos son mis hermanos”.
Indicó que dio clases en el Gimnasio Luis Navarro, Manuel Mota y en su casa, “instruí a José Gregorio García, actualmente entrenador en Anzoátegui y Campeón Mundial, le ganó a los cuatro cubanos en el año 1978 y también entrené a David Griman Campeón Mundial Profesional”.
No obstante, José es herrero y soldador, además de electricista y albañil, ”hago de todo un poco, me desenvuelvo en la construcción, aunque no hice cursos me instruí con muchos profesores y maestros”./Emelin Torres/lb/Foto: William Sánchez/