En Venezuela, desde el año 1999 la directora teatral Virginia Aponte ha asumido la tarea de postergar tan dilatada tradición y este año, a pesar de los problemas, no es la excepción
Año tras año algunas tradiciones arraigadas en el imaginario cultural navideño se representan indefectiblemente para revivir aquellas emociones propias de la época decembrina, sin importar si estas expresiones son producto de un pretendido purismo identitario o si al contrario son el resultado de un inevitable sincretismo.
Algo así sucede con el clásico Canción de navidad, escrito por el británico Charles Dickens en el año 1843, obra que en Venezuela ha sido representada desde el año 1999 bajo la batuta de la directora teatral Virginia Aponte.
Con la adaptación de José Rafael Briceño, la agrupación caraqueña AGO Teatro vuelve a remontar este espectáculo musical, en el que el viejo avaro prestamista Scrooge, emprende un duro viaje con los tres espíritus de la Navidad, en un tránsito en el que se confronta con episodios llenos de pasadizos oscuros. El final ya lo sabemos todos, Scrooge rectifica y decide cambiar.
El espectáculo reúne a treinta actores en escena y está ambientado en el Londres del siglo XIX, época victoriana en la que ocurren los hechos que narra Dickens; cuenta con efectos especiales y de luces y con un elenco de títeres de escala humana que se incorporan como parte de los personajes secundarios de la obra.
Pero a pesar de representarse durante años, la obra no es un ente hermético e inacabado. Con los años se ha transformado, los vestuarios han sido sustituidos así como la escenografía y los títeres, nuevos aspectos técnicos han mejorado la puesta en escena, y lo más importante: el elenco de pioneros se ha nutrido y a la vez enseñado a una nueva generación de actores que han encontrado en AGO Teatro y en Teatro UCAB una escuela. De esta manera, varias generaciones conviven en la obra, renovándola.
Sin embargo, resulta curioso que una historia que todos conocemos al pie de la letra continúe penetrando las fibras sensibles de los espectadores. ¿Por qué Canción de navidad sigue teniendo sentido en este siglo?
Generaciones de esperanza
El nacimiento actoral de Charlot Prins ocurrió con Canción de navidad bajo el abrigo de Aponte. El primer año en que se estrenó la pieza tan solo contaba con 18 años de edad, entonces representó algunos papeles pequeños y asistió en la producción. Hoy es uno de los personajes más significativos de la pieza: el espíritu de la Navidad Presente.
La actriz confiesa que la pieza la ha hecho crecer tanto en la dimensión artística como en la humana “El país, ahora más que nunca, requiere de ese espíritu de renovación. Tenemos un mensaje de afecto, de unión, de esperanza, un mensaje para creer en nosotros y en el otro”, afirma con el entusiasmo de quien ha dado vida a una obra por 17 años ininterrumpidos.
Unai Amenábar, quien interpreta desde hace 9 años a Bob Cratchit, ha tenido la dicha de ver incluso cómo sus hijos se han sumado al proyecto teatral ocasionalmente. Para el actor, Canción de navidad no pierde vigencia nunca por tratarse de un “gran clásico” de la literatura. La redención y la posibilidad de repensar lo vivido y lo actuado, son dos de los motores, que para Amenábar mantienen encendida la llama inalterable de esa obra.
Para el actor la obra es una oportunidad de ver más allá del propio ombligo y de conectarse con lo que sucede a alrededor no solo a nivel social, sino también emocional.
El avaro Scrooge ha sido reencarnado desde hace 8 años por Wilfredo García, para quien a lo largo de éstos, el personaje “se me ha metido en la piel”. Confiesa que la historia lo conmueve profundamente cada año y se ha convertido “en un ejercicio de redención, de paz, de saber que siempre hay una oportunidad para cambiar, para entregarse al otro”, expresó.
García está convencido de que Canción de navidad es un regalo no solo para quienes hacen la obra sino para quienes la ven cada año, “es un recordatorio, un regalo merecido, necesario, que nos vuelve a emocionar”. El actor está agradecido con la fidelidad de un público que se aglomera al final de cada obrar a reiterar su conexión con la pieza, “la pieza tiene mucha humanidad y eso es lo que la gente rescata y valora”.
La obra se estará presentando en el Teatro Escena 8 de Las Mercedes los días sábados y domingos a las 3:00 pm, hasta el 18 de diciembre.