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La insulina ayuda cuando el páncreas no funciona

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Estudios demuestran que es una alternativa segura y efectiva

El páncreas es un órgano situado en el abdomen que tiene como función la producción de enzimas que pasan al intestino delgado y ayudan a digerir los alimentos, además de la liberación de hormonas que regulan el metabolismo de los hidratos de carbono, que sirven de combustible al cuerpo para mantenerse en acción.

La principal hormona que libera es la insulina, necesaria  para transformar en energía los azúcares que se encuentran en los alimentos. La no producción de esta sustancia por parte del páncreas, o por resistencia de los tejidos glandulares, son vías de aparición de la diabetes, enfermedad que eleva los niveles de glucosa en la sangre y requiere el uso de una insulina análoga o exógena (similar a la natural) como tratamiento para que éstos se mantengan estables.

Así lo informó el médico internista y diabetólogo, Dr. José Luis Colina Balzán, quien explicó que las causas por las cuales el páncreas deja de producir y secretar esta hormona son multifactoriales.

Señaló que en la llamada diabetes tipo 1, el sistema inmune del propio organismo ataca al páncreas, destruye las células que producen la insulina. “No se sabe muy bien por qué ocurre esto, pero estudios apuntan a varios factores que actúan a la vez, como heredar genes que predisponen a desarrollar la enfermedad”.

En el caso de la diabetes tipo 2, el especialista explicó que el páncreas aún produce insulina, pero no es capaz de abrir la puerta de las células del cuerpo para permitir que la glucosa entre. “En esta condición también hay una predisposición genética, al igual que varios estímulos asociados a diabetes como, por ejemplo, la obesidad”.

 ¿Qué es el glucagón?

Otra hormona primaria producida por el páncreas es el glucagón,  la cual hace que el hígado libere glucosa y ésta llegue a la sangre. El equilibrio entre esta sustancia y la insulina hace que los niveles de azúcar se mantengan controlados.

Su desequilibrio puede provocar diabetes o hipoglucemia, que es cuando el nivel de glucosa desciende por debajo de lo normal, usualmente menos de 70 mg/dl, que es el nivel cuando las hormonas contra reguladoras (Glucagon) se activan para mantener la homeostasis de la glucosa.

Asimismo comentó que la insulina es aparentemente la menos robusta de las dos, ya que más de 400 millones de personas tienen diabetes, en su mayoría tipo 2, según el Informe Mundial sobre la enfermedad publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2016 y el último Atlas de la Federación Nacional de Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés), del mismo año.

Una alternativa segura

Con respecto al uso de los análogos de insulina como terapia de reemplazo, el especialista aseveró que numerosos estudios demuestran que es una alternativa segura, efectiva, de fácil manejo y aceptada para el tratamiento a largo plazo de la tipo 1 y tipo 2, incluso desde el primer día del diagnóstico.

Se clasifican por la temporización de su acción sobre el cuerpo, específicamente, cuán rápido empiezan a actuar, cuándo tienen un efecto máximo y por cuánto tiempo actúan. Los análogos de la insulina de acción rápida funcionan más prontamente, mientras que los de acción prolongada duran más y tiene un efecto más estable “sin picos”.

Además enfatizó que que actualmente existe un gran número de nuevas insulinas como, por ejemplo, algunos análogos con el principio activo Degludec, que proporcionan mayor estabilidad y menor propensión de hipoglucemia, siendo una insulina para 48 horas de administración; y otro grupo de medicamentos con mayor evidencia científica de seguridad cardiovascular, reducción de peso y poder de reducción de unidades por día, como los análogos de GLP-1, como lo es Liraglutide. Recordó que todos ellos deben ser administrados bajo estricta indicación médica a fin de evitar efectos no beneficiosos para la salud.

Hacerle frente

Eduardo Navas, licenciado en deporte, enfatizó que “Es normal sentirse agobiado, triste o enojado cuando se tiene diabetes, por lo que es importante hacerle frente, el estrés puede incrementar el nivel de azúcar en la sangre, además es importante escoger alimentos bajos en calorías, grasas saturadas, grasas trans, azúcar y sal, consumir más fibra, como cereales, panes, galletas, arroz o pasta integrales”.

Quien además explicó que es mejor tomar agua en lugar de jugos o sodas regulares y mantener una rutina activa la mayoría de los días de la semana, “caminando por 10 minutos, tres veces al día”.

 “Dos veces a la semana, trabajar para aumentar la fuerza muscular, haciendo ejercicios de resistencia, yoga o flexiones de pecho”./YR/lb

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