Quisiéramos tener el optimismo gubernamental acerca de estar ganando la batalla eléctrica. Lamentablemente nuestra percepción no es la misma por cuanto la adversidad de lo que padecemos todos los venezolanos es inaceptable. Mientras tanto, ambos bandos, fusilando a Goebbels insisten en el “miente, miente que algo queda”.Nos entretienen con la guerra comunicacional del fake ¿Cuánto tiempo más aguanta sostener el sabotaje eléctrico? O sea, no hay ningún culpable o corrupto puertas adentro responsable de aunque sea un pecado venial para excomulgarlo en plaza pública y dar el ejemplo en casa. Claro es más fácil capturar un pendejo desdentado y acusarlo de ser el francotirador que disparó un fusil, ya no tan ciberespacial, esta vez contratado por la derecha venezolana.
Una población inerme, asustada y enjaulada como ratón de laboratorio está asediado y manipulado a la vez por dos clínicos de guerra sucia enfrentados tratando de imponer a la fuerza sus criterios ideológicos. Nunca habrá un resultado favorable al ciudadano. Los gringos prefieren nuestra agonía para que supliquemos su “ayuda humanitaria” y los de adentro pidiéndonos resistir para defender “no sabemos qué”. No se han dado cuenta que la vida sin comida, electricidad, agua y medicinas tiene dos caminos: muerte o muerte. Estamos hablando de humanos y no de ratones. Recordemos “piensa luego existe”. Si la alternativa que me ofreces de ambos lados de la acera es la muerte, pues antes de que me llegue, la busco.
Se podrá controlar manifestaciones convocadas pero la espontaneidad del desespero no podrá ser represada ya que hablamos de una irracionalidad convocada por la razón antes expuesta. Este escenario es el enfrentamiento inevitable entre la población y el gobierno que muy a pesar del chavismo, la FANB no podrá amparar. Ya no hablamos del discurso antagónico de “guerra o paz” que es contra un enemigo externo sino el de “orden o anarquía” que es el interno.
