“No está viniendo tanta gente como siempre, los días que llueve muchas veces tenemos pérdidas de mercancía y dificultades para mantener el local abierto porque todo está colapsado. La gente prefiere quedarse en casa por seguridad, por lo que hay pocas ventas”, explicó Yanira Zamora, comerciante.

Agregó que cuando hay fuertes precipitaciones es complicado realizar distintas transacciones bancarias, ya que, puede tardarse hasta media hora en hacerse efectivo el pago.

Además, la conectividad es bastante irregular por lo que otras alternativas como el pago móvil pueden quedar fuera de servicio.

“En algunos casos falla la energía eléctrica, no viene casi gente y como si eso no fuera poco, cuando van a cancelar su compra tarda muchísimo y a veces da error. La gente se molesta porque las cosas van poco a poco pero es que a veces es algo que se sale de nuestras manos, cuando llueve tanto las cosas se descontrolan”, dijo. /DB/at