Visitantes solicitan mejorar la iluminación Con el objeto de restaurar los lugares de esparcimiento del pueblo tequeño, la Alcaldía de Guaicaipuro cumple con la tarea diaria de limpiar y barrer la plaza Miranda, uno de los espacios emblemáticos de la ciudad y uno de los más concurridos por los lugareños, la cual durante mucho tiempo mantuvo un rostro muy descuidado.
Constantemente, diversos trabadores acuden a realizarle un cariñito, dejan todo limpio para que los ciudadanos tengan un sitio digno donde pasar sus ratos libres. Esta situación tiene en total entusiasmo a los fieles visitantes, pues aseguran que anteriormente ya ni les provocaba sentarse en los banquillos.
Daniel Hurtado, vecino, expresó su agrado por la iniciativa. “Me parece perfecto que hagan estas labores, ahora se ve mucho más limpia. Se está haciendo bastante seguido, desde hace un mes siempre veo a un empleado con palita en mano”.
“Siempre vengo a leer mi periódico por las mañanas y es un alivio no tener que calarse la podredumbre que siempre generan las bolsas de basura; a veces, la gente optaba por tirar de todo aquí, y eso no puede ser, esto no es un vertedero. Hay que cuidar nuestra ciudad, cada uno tiene que colocar su granito de arena”.
De igual manera, sostuvo que “la gente acude con más frecuencia, antes estaban alejados. Lo que nos gustaría es que se arreglara la iluminación. Algunos bombillos funcionan, pero otros ya dejaron de hacerlo desde hace tiempo y nada que los cambian”.
Por su parte, José Alejandro González manifestó que “nadie quiere ver un sitio público sucio, así que me parece beneficioso los trabajos de limpieza. Como se puede apreciar, hay una estatua de Francisco de Miranda, como el nombre de la plaza. Si el hizo tanto por nosotros los venezolanos, vale la pena mantener en buen estado un lugar que hace alusión a su trayectoria”.
“Les extiendo un llamado a todos los que vienen con frecuencia, para que colaboren y no ensucien. Es bonito tenerla así y estoy seguro de que todos comparten mi posición. Muchas veces pasan los chamos y lanzan el papelito de la chuchería y los padres no dicen nada, eso es algo que debe corregirse”.
Por último, admitió que “uno está en la obligación de guiar a los hijos y yo cuando observo esos comportamientos, hago la observación de la mejor manera porque uno no sabe cómo va a reaccionar el otro. La gente tiende a no querer escuchar opiniones ajenas”./ecg
Por: Adrián Rivero/Foto: Víctor Useche