En los Altos Mirandinos, los jubilados y pensionados viven con la expectativa de un posible aumento de sus pensiones, para el próximo 1° de mayo, en medio de una crisis económica que ha reducido su ingreso mensual a 130 bolívares, apenas 1,5 dólares según la tasa del Banco Central de Venezuela. Esta suma, insuficiente para cubrir necesidades básicas, refleja la precaria situación de los adultos mayores en el país, quienes enfrentan pobreza, inseguridad alimentaria y un sistema de salud colapsado, según denuncias de organizaciones no gubernamentales como Convite y Provea.
Avance entrevistó a una jubilada del Ministerio del Interior, Justicia y Paz, que aseguró que depende del Bono de Guerra Económica de $90 y de una bolsa de alimentos que recibe mensualmente en el ministerio. “Es sustanciosa, con buenos productos desde la gestión de Diosdado Cabello”, asegura, al tiempo que se lamenta por la pérdida del poder adquisitivo: “hace 10 años viajaba a visitar a mis hermanas en otros estados, tenía seguro médico y podía reparar mi casa. Hoy, mis hijos y nietos me ayudan, pero no es suficiente. Quiero volver a vivir con dignidad”.
Por su parte, un pensionado de 79 años de la Gobernación de Miranda, enfrenta una realidad aún más crítica. Dializado y con movilidad limitada, depende de las remesas que su hija envía desde Europa. “No tengo calidad de vida, solo como y compro medicinas. Quiero utilidades y que reconozcan mis años de trabajo”, reclama. Su esposa recoge una bolsa de alimentos en la Gobernación, pero la describe como “de mala calidad, con productos que no sirven”.
Según pasados informes de la organización Convite, el 90% de los adultos mayores en Venezuela vive en pobreza, y el 95% reporta no tener suficiente comida, lo que agrava la situación de personas como el caso del señor pensionado, que sufren enfermedades crónicas.
Jubilados y pensionados apoyan la moción de los gremios a que el sueldo sea incrementado a 200 dólares. Entre ellos, Héctor Martínez, presidente de la Asociación de Jubilados Administrativos de la Gobernación de Miranda, quien aseguró que en la actualidad no puede salir de San Pedro a Los Teques porque no tiene dinero para el pasaje y que, en años anteriores, su pensión le rendía para hacer mercado y también para viajar a Mérida y Margarita. “Es imposible que alguien de la tercera edad pueda vivir con 1,5 dólares, y tampoco con 10, ni con 100, requerimos cubrir todas nuestras necesidades.

La ONG Provea señaló que la pensión de 130 bolívares condena a más de 5 millones de jubilados a la miseria, mientras que el costo de la canasta básica supera los 500 dólares. La organización Convite resalta que el sistema de salud no garantiza medicamentos ni atención, y el 84% de los adultos mayores padece enfermedades crónicas sin acceso a tratamientos.
A pesar de que el Gobierno aprobó en 2024 la Ley para la Protección de Pensiones, financiada por un impuesto al sector privado, no ha habido claridad sobre su impacto en los ingresos de los pensionados.
Los dos entrevistados aseguraron escuchar rumores sobre el incremento del salario mínimo a 10 dólares, lo que representaría 844 bolívares, que equivalen al valor de un kilogramo de carne roja en el país. En los grupos de WhatsApp de jubilados y pensionados, a los que pertenecen, también informaron que posiblemente el Bono de Guerra Económica sea incrementado a 130 dólares, lo que tampoco les parece razonable ante el alto costo de la vida y el anhelo a una vejez digna.