El refresco se ha convertido en un protagonista de nuestra dietaLlega un momento en la vida, en el que la gente hace un alto para analizar las consecuencias de sus hábitos, y así poder dar un cambio orientada bien sea por salud, por moda o, simplemente, por la intención de dar un giro a su día a día.
Los especialistas de la salud siempre han recomendado el cese del comsumo de bebidas carbonatadas. Es muy usual que los ciudadanos ingieran un promedio de dos litros de refresco por semana, inclusive, hay quienes beben esta cantidad diariamente. En vista a este panorama se hace menester, por ser un tema de salud pública, dar a conocer el potencial daño que estos productos causan en el cuerpo humano.
Composición química en contra de la salud
Los componentes de las gaseosas: Azúcar, ácido fosfórico, gas carbónico, cafeína, entre otros; son tan potencialmente dañinos que su consumo excesivo puede generan enfermedades graves como la diabetes, obesidad, retención de líquidos, caries, desgaste en el esmalte, descalcificación y daños cerebrales; sin contar que gracias a su contenido químico, estas bebidas provocan adicción.
Una lata de refresco tiene el equivalente a nueve cucharadas de azúcar, lo que significa que una botella de dos litros representa una bomba de dulce que va deteriorando lentamente a la salud.
Difícil separación
A pesar de saber todos los daños que causa la ingesta de refresco, dejar de tomarlos es un reto, primero porque ya el cuerpo está habituado, segundo por el bombardeo publicitario que vende la idea de consumirlos para el propio “bienestar”, tercero porque a menudo hay alguien que nos los ofrece y por “educación” no se rechaza.
Entre las sugerencias que plantean los médicos, destacan las siguientes:
- Pídale a su entorno que le mantenga alejado de la fuente de deseo, mientras más vea el refresco más ganas tendrá de tomarlo;
- Sustituya por otras bebidas con cafeína que sean más sanas; el té verde es una buena opción además de ser un excelente antioxidante. Puede beber al menos una taza al día, recuerde que todos los excesos tienen sus complicaciones;
- Aumente el consumo de agua, jugos naturales y frutas; así se mantendrá hidratado y con sanos niveles de azúcar;
- Si siente que no puede luchar contra el deseo de tomar refresco, consulte con su médico especialista para que le brinde ayuda con su problema de ansiedad;
- Piense en pro de su salud, mente sana y cuerpo sano.
La batalla es dura, pero si se lo propone logrará el objetivo. No destruya su salud si tiene la solución en sus manos./ecg
Por: Herlis Domínguez