Periodismo de Soluciones

Afronta la crisis económica antes que se convierta en emocional

639x360_1241921573_crisis3w

Publicidad

Por:
Por:

admin

Comparte esta noticia

La situación económica que vivimos se convierte para algunos en una crisis vital que se debe afrontar sabiamente para procurar el bienestar emocional. 

Los problemas económicos figuran como una de las causas más frecuentes que pueden precipitar una respuesta de estrés en el individuo. Por ello, las palabras crisis económica, a nivel emocional está íntimamente ligada con la palabra estresor.

A pesar de que habitualmente asociamos al estrés con algo negativo, lo cierto es que es solo una respuesta adaptativa, normal y necesaria, que nuestro organismo pone en marcha ante las situaciones que requieren un esfuerzo extra de nosotros mismos. El que dicha respuesta se convierta en algo dañino depende de la duración del estresor y de la forma de afrontamiento.

Cómo nos afecta psicológicamente

Lamentablemente, la crisis económica se está manteniendo lo suficientemente en el tiempo como para que la respuesta de estrés implícita a ella no haga ninguna “gracia” a nuestro organismo. De una u otra manera todos estamos afectados; tanto los que mantienen el trabajo por temor a perderlo, como los que lo han perdido. Esto se traduce en dificultad para afrontar los gastos.

Ante el estrés, nuestro organismo libera una serie de sustancias para hacerle frente hasta que este desaparece, pero cuando el estresor se prolonga demasiado, el organismo se agota de forma progresiva, deviniendo en cicatrices biológicas, como los problemas de salud física, mental y social.

El modo de afrontar las dificultades puede hacer que dichas cicatrices tengan un probabilidad de aparición menor e incluso ni aparezcan. La palabra clave aquí es resiliencia, entendida como la capacidad de una persona para hacer frente a las situaciones difíciles y sobreponerse a ellas. Las personas más resilientes tienen una mayor capacidad para afrontar la crisis, en el sentido de ser más resolutivos.

En general se crecen ante la adversidad. Como en toda situación estresante, la valoración que hacemos de las consecuencias que la crisis tiene para nosotros y de nuestra capacidad de afrontamiento a dichas consecuencias es crucial para determinar cuánto nos perjudica.

Consecuencias de afrontar mal la crisis económica

Un mal afrontamiento de la crisis puede hacer que llevemos a cabo pautas de comportamiento desajustadas, además de precipitarnos a importantes alteraciones emocionales. Entre las pautas de comportamiento desajustadas encontramos decisiones equivocadas, precipitadas por el miedo, ahorro exagerado “por si acaso”, así como también competitividad excesiva en el trabajo.

Mientras que entre las alteraciones emocionales se puede llegar a experimentar elevados niveles de estrés  mantenido, lo que genera hipertensión, cefaleas y problemas psicológicos comoansiedad, depresión,o consumo de sustancias adictivas. Asimismo, se desencadenan irritabilidad y problemas interpersonales asociados con familia, pareja y amigos.

A pesar de que todos somos susceptibles de “no poder más” con la crisis, lo cierto es que por sus rasgos de personalidad y circunstancias particulares hay quienes llevan peor la situación. Estas personas presentan:

-Una baja capacidad para hacer frente a situaciones traumáticas o difíciles (baja resiliencia).

-Un escaso apoyo social que esté dispuesto a echarle una mano si lo necesita.

– Otros estresores concurrentes a la crisis, como separación sentimental o enfermedad.

– Alteraciones emocionales previas.

Consejos

La crisis económica también depende de los ojos con los que se mire. Por eso, aprender a observar bien las cosas e intentar aprovechar la adversidad para crecer será fundamental si queremos permanecer saludables. Para ello, sigue las siguientes pautas:

No caigas en la trampa de trabajar cada vez más pensando en no perder tu empleo. Lo cierto es que por más que hagas, nadie es indispensable. Si no hay dinero, te van a echar igualmente. Esto no quiere decir que te relajes, pero en algunos casos este hecho puede ser inevitable, por lo que reducir tu vida al trabajo es mucho riesgo.

Es el momento de reinventarse. Si has perdido tu trabajo tal vez ahora quieras dedicarte a otra cosa o, por el contrario, has descubierto lo que te falta por saber de tu área. En cualquier caso, no te vengas abajo, aprovecha para crecer personal y profesionalmente.

No te enfoques en lo mal que van las cosas. No se trata de que te conformes, pero tampoco es bueno que te recrees en tu malestar. Busca opciones que hagan posible que las cosas vayan mejor.

Contactos y recursos sociales. No dudes en echar mano de tus recursos sociales: tener una buena red de apoyo es fundamental para descargar el estrés. Por eso, recurre a tus contactos si necesitas que te ayuden a nivel laboral o personal.

Dedica tiempo para tí y los tuyos. La crisis no puede acabar con tu calidad de vida. Intenta salir y disfrutar. Es importante que tengas siempre una dosis de refuerzo en tu vida cotidiana.

Planifica tu ahorro. Si las cosas van mal, haz un plan de ahorro. Intenta no crearte necesidades absurdas. Ya sabes que no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita.

Mantén el optimismo. Sé persistente y no cejes en tu intento de buscar nuevas vías, ten capacidad para reírte de ciertas cosas, ya que el humor es un arma de defensa muy buena para liberar tensiones.

Noticias relacionadas