Alemania aumentó este domingo la presión contra Rusia en relación con el caso del envenenamiento del líder opositor ruso Alexéi Navalni y amenazó por primera vez con interrumpir el controvertido gasoducto Nord Stream 2 que llevará directamente gas ruso a Alemania por el fondo del mar Báltico.
«En todo caso espero que los rusos no nos obliguen a cambiar nuestra postura respecto a Nord Stream 2», dijo el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, en declaraciones al «Bild am Sonntag».
Maas subrayó, no obstante, que interrumpir el gasoducto prácticamente acabado perjudicaría también a empresas alemanas y europeas, y advirtió de que, por lo tanto, «quien exija eso, tiene que ser consciente de las consecuencias», detalló Unión Radio.