“El sol emite radiaciones que van a actuar sobre las células de la piel. Afortunadamente, tenemos sistemas de reparación y regulación, que evitan los daños. Sin embargo, si la exposición persiste, estos sistemas de reparación se agotan y la piel comienza a envejecer, a mancharse y a generar lesiones que van desde benignas, como léntigos y queratosis actínicas, hasta cáncer de piel”.

La explicación la dio la dermatóloga, Dra. Rosanelly Roye, quien recomienda cuidarse de la exposición al sol desde la niñez, ya que el 80 % del daño, ocurre antes de los 18 años, así como evitar recibir los rayos solares entre 10:00 am y 3:00 pm.

“Los rayos solares pasan a través de las nubes, se reflejan en superficies, y las fuentes de luz artificial, también emiten radiaciones ultravioletas, por lo que el uso de protector solar debe ser a diario, aunque esté nublado o la persona esté en su casa u oficina y considerarse tan importante como cepillarse los dientes”.

La especialista explicó que el protector solar ideal abarca las radiaciones UVB y UVA, e incluso luz visible, debe ser seguro, cosméticamente agradable, fácil de aplicar y resistente tanto al agua como al sudor.

“Es muy importante evitar la exposición por largos períodos, como al ir a la playa o realizar actividades al aire libre, es necesario usar protección solar con FPS de 40 y reaplicarlo cada dos horas”, puntualizó.

En cuanto a los niños, es importante protegerlos, no sólo con el bloqueador, sino cubrirlos con gorra, camisa y no dejarlos exponer directamente al sol.

“Las personas deben evitar exponerse al sol después de aplicarse productos perfumados o cítricos, porque pueden producir manchas, alergias o quemaduras. Deben secarse con una toalla, en lugar de hacerlo directamente al sol. Y para optimizar la protección, es importante usar lentes de sol, sombrillas y gorras”, detalló.