Ramas han afectado a transeúntes y viviendas
Un samán de un aproximado 30 metros de altura se ha convertido en un continuo dolor de cabeza para los residentes de la calle Luis Correa de El Vigía, específicamente después de la zona conocida como “el puentecito”, debido a las condiciones que presenta al soltar ramas que en más de una oportunidad han lastimado a transeúntes y que mantienen en zozobra a las familias cercanas ante la posibilidad de daños mayores.
“Hace más de un mes cayó una rama hacia el cuarto de mi hija, desde entonces estamos durmiendo todos en un mismo cuarto porque a ella le da miedo dormir ahí ya que, como se ve, el árbol ya está muy seco y se caen ramitas o ramas grandes. Gracias a Dios la rama no pasó del techo, sino que con el impacto rompió el tubo donde va el zinc”, expresó Carolina Portillo, afectada.
Puntualizó que su vivienda también se ha visto afectada con grietas ocasionadas con el movimiento del tronco. Agregó que el domingo 15-D, la misma situación la vivió una de sus vecinas, “ella vive sola ahí con sus cuatro hijos y le cayó un pedazo de rama en el techo”.
Aunque ya realizaron los tramites de permisología para la ejecución de la poda determinada por la Dirección de Ambiente, no han procedido ante la falta de la maquinaría de elevación necesaria, “nos indicaron que el único ente que tiene el camión cesta operativo es Corpoelec”.
Otra de las afectadas explicó a este medio que desde que empezaron a caerse las ramas, se mantienen en zozobra ante la cantidad de personas que habitan en las casas cercanas, en su mayoría niños.
Elio Perdomo, adulto mayor, fue uno de los lugareños a quien le impactó una de las ramas al pasar por debajo de la especie vegetal. Perdomo indicó que durante el mes de diciembre se dirigió a la sede de la corporación eléctrica ubicada en El Barbecho para solicitar el apoyo, sin embargo, recibió por respuesta que ya se encontraban de vacaciones.
Alerta constante
Avance conoció que la situación supone una amenaza directa para ocho familias que se encuentran a escasos metros del árbol, sin embargo, el riesgo también se extiende a los jeeps y vehículos que diariamente circulan por la calle y a los peatones, “está la casa de los abuelos, el colegio y la cancha, es una realidad constante que caigan trozos de madera podrida encima de alguien”.
Una fuente vinculada a la Corporación Eléctrica en Altos Mirandinos, explicó que las cuadrillas pueden realizar los trabajos, “siempre y cuando se encuentren no estén comprometidas las líneas, nosotros realizamos lo que es la pica y poda”.