El consumo de harina de trigo refinada está más que extendido en todo el mundo. Es tal vez la “más común” en la cocina sin embargo es de público conocimiento que no es la más saludable y que cuánto “más blanca” es, menos saludable debido a que pierde sus nutrientes en los procesos de refinado.

El principal problema es que su ingesta, a largo plazo, está relacionada con la aparición de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes, publicó el portal web La Red 21.

A su vez el exceso de gluten puede ocasionar reacciones inflamatorias en el organismo a todas las personas, no solamente a quienes tienen la enfermedad celiaca.

Hay varias opciones para sustituir o al menos alternar el consumo de la harina de trigo refinada, las cuales resultan más saludables para el organismo.

La harina de arroz se elabora a partir de sus granos que molidos o triturados. Se puede hacer con arroz blanco, aunque también es válido utilizar el integral y en la cocina aporta una textura similar a la de trigo.

La harina de garbanzo es una buena fuente de proteínas de alta calidad, fibra, minerales y antioxidantes.

Tiene un índice glucémico bajo y se recomienda para preparaciones saladas, ya que en las dulces la combinación de sabores puede no funcionar.

El harina que se obtiene de las almendras sin cáscara molida, tiene un bajo índice glucémico y un alto contenido de proteínas, grasas saludables y vitamina E. /gf