Fue en diciembre de 1994 cuando siendo tan solo un estudiante de Comunicación Social de la UCV, el reconocido periodista Oscarlo Lara llegó por vez primera a la antigua sede de Avance en la calle Falcón, sin siquiera imaginarse el universo de cosas positivas que dentro de la empresa le esperaban, tanto a nivel personal como profesional.

Periodista raso, coordinador de ediciones especiales, editor nocturno y hasta jefe de información son algunos de los cargos que este intachable profesional desempeñó en esta, su segunda casa.

“Venía de trabajar por seis años en la banca luego de culminar mis estudios de Publicidad, mi anhelo había sido ser periodista, pero eso lo logré después de esa etapa. Cuando iba como por el tercer semestre, me acerqué al diario para ver si tenía oportunidad de ocuparme en la carrera que estaba estudiando; me recibieron Carlos Arteaga, Mariola Cuevas y Daniel López Méndez, por prueba me pusieron a procesar dos boletines, y tras evaluarlos, me dejaron trabajando de inmediato”.

Llegar a ese galpón y conocer la calidad humana de quienes allí trabajaron, entre quienes mencionó a Álvarez Vitta, “Zorro” Aquino, Yasmín Devesa, Julián Martínez Fuentes, Jesús María Sánchez, Carmen Terán, Alba Terán y Yurimia Boscán, hicieron a Oscarlo sentirse como en familia.

Recordó que para aquel momento las notas debían montarlas en máquinas de escribir sobre hojas doble oficio, procesando a diario entre 8 y 15 informaciones. A él le correspondía cubrir las fuentes de sucesos, salud y tribunales rotatoriamente.

“Fueron varias las veces en las que me fui de Avance, pero siempre volvía, cuento alrededor de unas cinco aproximadamente, ampliando mis horizontes en algunos organismos institucionales. Fue justamente el ambiente de solidaridad, respeto y camaradería lo que me hacía regresar, la primera vez que me retiré debí enfrentar la muerte de un hermano y el importante apoyo que recibí de esta gran familia fue indescriptible, valoro mucho todo lo que hicieron por mí en aquel difícil momento”.

Una vez que retornó, lo hizo para dedicarse exclusivamente a los sucesos, pero también jugaba un papel fundamental a nivel crítico en importantes tomas de decisiones para nuevos proyectos, gracias al impecable trabajo que siempre lo ha caracterizado, excelencia que lo llevaba a escalar jerarquías dentro de la empresa.

Hombre visionario

De acuerdo con su criterio, el periodismo de hace 22 años era completamente distinto y las exigencias respecto a los sucesos eran de un nivel bastante complicado. Para hacerse de las informaciones y fotografías ideales, debían crear un excelente vínculo con las fuentes para así poder dar el tan preciado “tubazo”, cosa que logró sin inconveniente.

Pero aparte de eso, innovó la forma de hacer periodismo al proponer la inserción de ediciones especiales, en las que se hacían investigaciones más allá del diarismo. “A Avance le agradezco todo el aprendizaje que obtuve, así como las oportunidades de las que gocé para desarrollar nuevas ideas a la vanguardia del periodismo”.

“Cuando eso surgió ya estábamos en la sede de la avenida Bolívar, teníamos ediciones para el Día de la Madres, de la Secretaria, el Educador, el aniversario del periódico y de Los Teques, así como la de Navidad, cosa que fue muy bien recibida por lectores y clientes”.

“Paulatinamente le hice frente a una sección llamada Avance Infantil, dedicada a los chamos de la casa, era como el famoso Meridianito de antes, pero con gente de Los Teques, se publicaba cada sábado; después implementé Avance Económico, también salía sabatina esa sección”.

Excelencia profesional

De los casos que considera que lo marcaron, rememoró el de un hecho que desató grandes polémicas por la amplia cobertura y precisión que le dio Oscarlo.

“Había fallecido una gran cantidad de bebés a causa de una bacteria en el retén de neonatos en el HVS. Ese escándalo fue a parar al Consejo Legislativo de Miranda y la investigación llevó a la destitución del entonces director del hospital, a mediados de los 90”.

Otro hecho significativo ocurrió cuando cubría sucesos. “Yo tenía acceso a los penales de esta ciudad, gracias a la relación que siempre establecí con mis fuentes. Cuando se dio el caso de Cibelle Naime, me llamaron del INOF para darme la exclusiva apoyada en una entrevista con la procesada; mi mayor sorpresa fue que el jefe de redacción me hizo unos cuantos cambios en la nota, armé un mega lío porque estaba de por medio mi reputación y credibilidad”.

También mencionó la cobertura especial que le dio al caso de Jara de Tarazona, exsecretaria privada del entonces presidente Ramón J. Velásquez, quien indultó bajo engaño de ella al jefe de una poderosa organización de narcotraficantes, Larry Tovar Acuña.

De Tarazona solicitó ante la directora del penal un día antes de su excarcelación que Lara fuera a entrevistarla, y así lo hizo, publicando una página entera con los hechos más relevantes de ese proceso.

“No conforme con eso, al día siguiente, cuando debía abandonar el penal, la esperaban todos los medios nacionales e internacionales a las afueras del INOF y ella se negaba a salir para declarar si yo no la acompañaba”.

El éxito de este profesional de la comunicación era inminente; sin embargo, decidió adentrarse al periodismo institucional y dejar el diarismo por diversas circunstancias, de esas que deben afrontar los periodistas siempre cuando entran en temas delicados, donde por una u otra razón ven en peligro su integridad o la de los suyos; también porque llegó un momento de intensos señalamientos hacia los reporteros y a los medios que representaban.

De no ser así, seguramente Oscarlo aún estaría haciendo periodismo del bueno en este medio impreso. “Avance es la universidad del periodismo en los Altos Mirandinos”, finalizó Lara./ac

(Alexander Offerman) .

*Oscarlo Lara ha desarrollado una intachable carrera

MARIBEL SÁNCHEZ