Los índices de criminalidad van en ascensoA diferencia de otros países de América Latina, Venezuela no padece un conflicto armado ni una guerra entre cárteles o pandillas, pero la inseguridad acecha a gran parte de sus habitantes, quienes claman por justicias y el cese de la violencia.
Expertos aseguran que la cantidad de bandas delictivas va en ascenso, pues se ha arraigado la moda del más poderoso en la zonas populares, y lo más preocupante es que miles de jóvenes copian el estilo de las mafias colombianas.
Más de 30 planes de seguridad han fracasado, en los catorce años de Gobierno de Hugo Chávez y uno de Nicolás Maduro, lo que convirtió a Venezuela en el país con el segundo índice de homicidios más alto del continente; al menos 57 por cada 100 mil habitantes.
Según cifras extraoficiales del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), cada 30 minutos asesinan a una persona y cada 8 horas se perpetra un secuestro. En ese sentido, un experto en criminología e investigación penal, quien prefirió no identificarse, asegura que la impunidad no ha sido una prioridad para el Gobierno, por lo que los policía pierden el interés en investigar y procesar los casos.
“Todos los delitos están amparados por la impunidad, ya hasta se perdió el respeto a los policías, quienes son asesinados sin remordimiento para despojarlos de sus armas u otras pertenencias. En Venezuela de cada 100 delitos sólo se castigan 8, cifras realmente alarmantes”, añadió.
Según estadísticas reveladas por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la situación de la inseguridad no solo se debe a la falta de políticas efectivas, sino al déficit de agentes en todo el territorio nacional. Al parecer, el Cicpc tiene una carencia del 300%, mientras que en las instituciones regionales y municipales alcanza al 800%.
Sobreviviendo en las barriadas
Una de las principales causas del incremento de la delincuencia es la sobrepoblación que sufre actualmente la Gran Caracas, la cual surgió en los años 80 tras la gran cantidad de campesinos que llegaron a la ciudad en busca de una mejor calidad de vida.
Asimismo, se le atribuye la creación de los barrios a las campañas políticas de Acción Democrática y Copei, cuyos candidatos entregaban zinc y tablas de madera a los habitantes del interior para que construyeran viviendas improvisadas en el Distrito Capital.
Específicamente en los Altos Mirandinos, resulta una verdadera odisea la convivencia en las zonas populares, pues los malandros se disputan el control de los sectores y hasta juegan con la vida de sus habitantes, quienes no pueden llegar a sus hogares después de las 7:00 de la noche, pues corren el riesgo de quedar atrapados en las constantes balaceras. La Matica, El Nacional y Guaremal son las zonas de mayor índice delictivo en la subregión, pues son pocos los policías que se atreven a entrar en lo más recóndito de sus callejones.
Nada más en el mes de agosto han asesinado a 16 personas, con el ajuste de cuentas como principal móvil, por lo que los expertos de la policía científica no han tenido respiro ante de la presión de la comunidad altomirandina para que le pongan nombre y apellido a los homicidas.
Corrupción en los organismos policiales
En la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Ciudadana, efectuada por Amnistía Internacional, 79,4% de los venezolanos atribuye la inseguridad a la falta de patrullaje. En las grandes ciudades, incluida Caracas, la población cree que la labor policial está en riesgo por la corrupción de los agentes.
De igual manera, antepusieron la falta de valores de los policías al déficit de equipamiento, entrenamiento y recursos económicos al momento de evaluar el desempeño de los uniformados. En Caracas, los policías corruptos preocupan a uno de cada tres habitantes que consideraron que la ausencia de valores de los agentes impide combatir el hampa.
A escala nacional, la corrupción en los cuerpos de seguridad es el segundo problema que afecta la credibilidad en los agentes. Por un porcentaje de 27,7% ese aspecto está por debajo del déficit de uniformados, que es el primer aspecto considerado por los encuestados en las ciudades medianas y pequeñas. º En el estudio se refleja que los operativos aplicados por el Gobierno son insuficientes para buena parte de los ciudadanos.
Importancia de denunciar los delitos
Oswaldo Villegas, jefe de la Coordinación Nº 1 de la Policía de Miranda, asegura que hacer una denuncia es un acto de vital importancia para la comunidad y su familia, pues es la única manera de que los uniformados puedan ayudar con los problemas que están ocurriendo en su localidad.
“Si no tenemos información sobre el flagelo, por ejemplo con los atracos en los autobuses, no podremos solucionarlo de manera efectiva, obviamente efectuamos nuestras averiguaciones, pues es parte de nuestras labores diarias, pero con la ayuda de las víctima siempre es mucho más rápido”, enfatiza.
Añadió que si los vecinos conocen sobre cualquier irregularidad en su comunidad, deben comunicarse inmediatamente a los organismos policiales. “Muchas veces la comunidad no quieren denunciar una actividad ilícita por razones de seguridad, temen una posible venganza y no quieren estar involucrados con la situación, pero esto no es parte de la solución y se convierten en cómplices del delito”.
“En cada comunidad existen personas que están involucradas con actividades delictivas. Muchas veces, éstas amenazan a sus vecinos, lo que puede convertirlos en ‘testigos mudos’”, concluyó el jefe policial, quien asegura que las denuncias pueden hacerse anónimas a través de los números establecidos para los cuadrantes de seguridad.
Por: Andreína Ibarra