18 casas del callejón Reinoso están amenazadas por el río San Pedro

MARIBEL SÁNCHEZ

“Aquí no duerme nadie, vivimos un trauma cada vez que llueve porque de inmediato se va la luz, se nos inundan las casas y nos trasladamos mentalmente a todo lo que vivimos hace dos años, cuando el río San Pedro se desbordó, causó destrozos en Ramo Verde y también aquí en nuestro sector. En pocas palabras, cada vez que empieza a llover fuerte nos tenemos que meter al carro, porque quedamos traumatizados desde 2021”.

El testimonio lo dio Lilia Pérez, quien dibujó el panorama que se evidencia en el  callejón Reinosa de la conocida “Y” que conecta a la calle Guaicaipuro con la avenida Víctor Baptista.

“Sería de gran ayuda para nosotros que la limpieza del río se hiciera constantemente de punta a punta, porque ya no aguantamos esta angustia permanente. Nuestros niños siempre se salen a la calle, para asomarse  a ver cómo va el nivel del río siempre que llueve, les quedó grabado aquel momento en que se metió a sus casas”.

Muy angustiada señaló las condiciones en las que se encuentra el piso de varias viviendas, donde se aprecia lo carcomido del cemento ante la recurrencia de las aguas cuando se inundan esos espacios.

Se sienten excluidos

Groslary Betancourt, jefa de calle en la comunidad, manifestó: “Cuando aquella tragedia ocurrió todo el mundo volcó su atención hacia Ramo Verde y nos dejaron a nosotros de lado, aún y cuando nos vimos también en condiciones muy críticas. Si en plena emergencia no nos prestaron atención, pues mucho menos después, cuando lo único que pedíamos era apoyo con los materiales y nosotros salíamos al paso con la mano de obra, jamás ha venido ni una inspección para acá”.

Dijo que viven con el alma en un hilo porque temen volver a tener sus inmuebles colmados de aguas residuales, dado que las cloacas se desbordan y logran anegar las dieciocho casas del callejón, donde conviven gran cantidad de personas de la tercera edad, niños y adultos.

“Los del consejo comunal nos informaron que los entes nos han negado todo tipo de ayuda por estar dentro del renglón de viviendas urbanas, al estar ubicadas en el casco central de la ciudad; si estuviéramos en el rango de las barriadas nos tomarían en cuenta”, apuntó.

Experiencias desgarradoras

Bertha Chapellín, es una mujer de la tercera edad que tiene dificultades para desplazarse, fue operada en tres oportunidades por fractura de cadera. Ella, como pudo, apoyada en una andadera ofreció su testimonio para pedir ayuda ante su preocupante situación.

“Todavía estoy sacando papelitos llenos de lodo, mi casa se inunda cada vez que llueve y ya no hallo qué hacer porque nadie nos hace caso. Vivimos con todos nuestros corotos montados bien en alto”.

Felipe Martínez, que vivía solo en una casita en la parte baja del sector la perdió totalmente, cuando el agua del río nos arropó totalmente. “Él salió vivo de allí por un milagro. No estamos exentos de volver a repetir esa pesadilla en cualquiera de las casas”, alertó Betancourt./rp Fotos: Yuliettsha Molina