Arriesgándose a sufrir alguna lesión transitan a diario por la escalera principal del sector Camatagua los vecinos de Santa Eulalia, Palo Alto y los que viven por los lados de la escuela de perros; a causa del derrumbe hace ocho meses de un tramo en la caminería.

Una fuerte lluvia desplomó, a las nueve de la mañana del viernes 02 de junio, seis peldaños de la escalera que conecta a Palo Alto con la avenida Bertorelli, por lo que hay una brecha que “impide” el paso. Sin embargo, algunos se la ingenian para brincar y seguir su camino sin tener que dar el “vueltón” por el sector de Gallo Pelón.

Carmen Pereda, vecina del sector, detalló a Avance que más de una persona ha caído por el hueco que dejó el derrumbe.

“Es un peligro para los niños y personas mayores, un señor con discapacidad visual baja a riesgo por ahí con ayuda de vecinos”, alertó.

Tirso Rodríguez, vocero comunal del callejón Mario Briceño Iragorry, aseguró que el proyecto está en manos del Consejo Local de Planificación Pública a la espera de la aprobación de los recursos correspondientes.

“Ya con el visto bueno y los materiales aquí, los vecinos pondremos manos a la obra, porque será una acción mancomunada. Esperamos que los aprueben rápido para iniciar eso lo más pronto posible”, enfatizó.

El alcalde de Guaicaipuro, Farith Fraija, anunció este jueves en su programa radial “Mucho que contar”, que para el viernes 23 de febrero se tiene prevista la entrega de recursos de 134 proyectos asignados a través del CLPP.

Otro de los males que aqueja a los residentes de esta comunidad tequeña tiene que ver con el deterioro de la cancha deportiva, en la que a pesar de las condiciones que se encuentra, aún es utilizada por jóvenes y niños.

Durante la visita del equipo de Avance a la infraestructura, se evidenció la ausencia de la mitad del cercado y la falta de demarcación con pintura. Un talud está por venirse abajo, tras el colapso de una parte de la pantalla atirantada, que aunado al humedecimiento del terreno viene ladeando uno de los muros. Jesús David Piña, lugareño, expresó que hace cuatro años no se le hace un cariñito a la cancha. “Yo vengo siempre con mis sobrinitos para que jueguen, es necesario rehabilitarla entre los vecinos y las autoridades”.