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“Yo soy consecuencia de un trabajo en equipo”

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Miguel Delgado Estévez es biólogo, locutor, docente y músico

Conversar con Miguel Delgado Estévez es comprender a la perfección el motivo del éxito que ha cosechado en todas las facetas que comprenden su interesante historia; es un hombre carismático, versátil, proactivo, elocuente y muy apasionado de todo cuanto hace. “Yo soy partidario de que todo lo que se haga, debe ser siempre la primera opción y entregar todo por ello, cada cosa que realizo está en todo momento dentro de ese rango”

Nacido en Calabozo, estado Guárico pero criado entre Caucagua y Caracas, llegó a San Antonio de los Altos hace aproximadamente 30 años. “Soy el mayor de ocho hermanos, mi padre nos abandonó cuando los tres primeros estábamos muy pequeños y a pesar de las muchas vicisitudes que enfrenté junto a mi madre, porque éramos una familia muy humilde, considero que tuve una infancia sumamente feliz. Pienso que el secreto del día a día está en sonreír, la actitud con que enfrentes la vida incide en la manera de ver las cosas”.

Una de las actividades que señaló haber disfrutado de niño y joven fue el deporte. “Me fascinaba jugar béisbol, no obstante tuve un excelente desempeño en natación, me adjudicaron el récord distrital de los 50 metros libres en categoría infantil. Jugué basket en la selección de Distrito Federal, mientras que en el liceo siempre me integré al equipo de voleibol y practiqué atletismo”.

Biólogo, locutor, compositor, docente y músico; son solo algunas de las actividades que ha desarrollado Miguel. Recordó con entusiasmo que contó con maestros formidables, entre ellos uno que marcó de manera importante su vida; se trata del profesor Felipe Núñez, quien se caracterizó por poseer una acción pedagógica muy especial y auténtica, hoy día aún mantiene con él una bonita relación de amistad.

“Siempre me gustó estudiar durante mi juventud e infancia, solía ser uno de los mejores del salón y cuando llegó el dilema de escoger una carrera universitaria me sugirieron que incursionara en la educación, sobretodo porque me fascinaban las materias de carácter científico. Entonces elegí estudiar Biología en el Pedagógico, me casé y me hice papá, debí poner en pausa la carrera para dedicarme a trabajar; luego por insistencia de mi entonces esposa retomé mis estudios y me gradué”.

De todo un poco

Una vez que egresó de la universidad comenzó a impartir clases en distintos liceos de Caracas por un espacio aproximado de seis años, etapa durante la cual era considerado uno de los mejores docentes en el área. Posteriormente inició un postgrado de Inmunología en el IVIC.

“Cuando salí de allí metí mis papeles para trabajar como inmunólogo en la UCV, quería ser investigador en la facultad de medicina. Sin embargo terminé asesorando para una agencia de publicidad la campaña de industrias Pampero, por el desempeño musical que traía arraigado en las venas”.

Este ilustre personaje es descendiente de una familia donde la cultura y la música son imperativas, pues es sobrino del reconocido compositor, músico y fundador del orfeón de la UCV, Antonio Estévez. “Creo que nací enmantillado porque tuve la oportunidad de ver y vivir cosas que otro niño no habría podido, me vi influenciado por la figura de mi tío e incluso de mi abuelo que fue cuatrista, nunca estudié música todo lo adquirí de manera natural y autodidacta, estimo que eso venía dado por el ambiente en el que crecí, rodeado de los integrantes del Orfeón Universitario, al cual pertenecí en mi adolescencia”.

Aseveró que esa pasión paralela, la combinaba siempre con su labor científica; a la par que desarrollaba sus estudios hacía lo propio con la música, que era una gran alternativa. “Soy un enamorado de la lectura y podía practicarla en ambas labores, eso lo disfruto muchísimo. Tuve la oportunidad de trabajar con Otilio Galíndez y Lilia Vera, luego surgió un muy interesante proyecto, que se convirtió en mi consentido”.

En la unión está la fuerza

Se trata de la conformación del grupo El Cuarteto, donde la música instrumental venezolana es el denominador común y que está próximo a cumplir 39 años de tradición en nuestro país. “Las combinaciones que ideamos con nuestros instrumentos han marcado la pauta, tanto así que se nos considera los pioneros del género”.

Más allá de su rol científico y educativo, Miguel también es un reconocido locutor, que ha trabajado siempre de la mano con grandes figuras como Pedro León Zapata, Laureano Márquez y Valentina Quintero. “Con ellos he realizado proyectos casi por génesis espontánea, empecé en la década de los 70’s con Iván González, mi certificado de locución es el número 13.001”.

Actualmente esta al frente de varios programas radiales, a la par que trabaja en un proyecto junto a su actual esposa para catapultar su propia productora. “Tenemos una alianza con la gente de Teatrex El Bosque para presentar conciertos en esa sala, que serán protagonizados, entre otros, por un grupo de jóvenes que estamos promoviendo y que evocan la música cañonera de los años 30’s y 40’s, en el que están involucrados dos de sus seis hijos”.

Para él, unir fuerzas es algo fundamental. “Yo como músico soy consecuencia de un trabajo en equipo, porque cuando arranqué alguna vez con la guitarra popular mi referente fue Domingo Mendoza, fundador del quinteto Contrapunto. Hoy día sueño con que en mi país cambien los famosos fusiles de los que tanto hablan por un cuatro y una guitarra, seríamos todos más felices”./MS/Gabriel Ordóñez

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