En esta época navideña es común escuchar, y ver, juegos pirotécnicos. Sin embargo, lo que para las personas (no todas) puede ser un espectáculo y sinónimo de alegría, para los animales puede ser mortal.
Diana Rico Motta, médico veterinaria zootecnista, le afirmó a EL TIEMPO que los efectos negativos se producen principalmente por el ruido de las explosiones, pues los animales escuchan mucho más alto estos sonidos que los seres humanos: “A muchos de ellos ese ruido les genera miedo y angustia”.
Según Motta, al oír las explosiones, algunos perros, gatos y aves tienden a huir y a esconderse en lugares donde se sientan seguros y protegidos.
“En el caso de los perros y gatos, presentan aumento de la frecuencia respiratoria, salivación excesiva, vómito, orina, defecación, algunos tiemblan, corren, ladran e, incluso, pueden presentar reacciones agresivas, anormales en su comportamiento, como destruir objetos cercanos o morder algo o a alguien”, agregó.
La experta explicó que ese miedo y angustia generan taquicardias severas que pueden terminar en infartos fulminantes, o provocar episodios de gastritis y vómito, desencadenando en enfermedades nerviosas. LaPatilla/