“La medicina es una carrera muy bonita y muy compleja a la vez, requiere de muchísimo esfuerzo, constancia, disciplina, dedicación y mucho amor por el estudio, es muy enriquecedora”.

De esta forma se expresa la doctora Gabriela Reyes, una joven profesional de la medicina, quien a propósito de la celebración del Día del Médico este 10 de marzo, habla sobre los retos que enfrenta la profesión en estos tiempos de dificultades.

Ella es médico general, egresada de la Universidad Rómulo Gallegos del año de 2020, y actualmente está culminando su tercer año de psiquiatría en el Hospital Clínico Universitario en la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Uno de los momentos más duro los vivió al inicio cuando le tocó separarse de su familia para poder estudiar lo que amaba. “A mí me tocó irme muy joven a otro estado, veía muy poco a mi familia. Ellos me apoyaron, sin ese respaldo yo no lo hubiese logrado”.

Entre los aspectos agradables de su profesión, resalta “el aprender a tener empatía con las personas que buscan ayuda, entre tanto sufrimiento”.

Cuenta con orgullo su experiencia en el área de salud pública, fue en un ambulatorio como médico general. “Me fue muy bien, ahí puse a prueba mi formación académica de pre grado, me parece que fue excelente, tuve muy buenos profesores”.

La empatía

Sostiene que en Venezuela es un poco difícil estudiar la carrera. “No la dan en todas las universidades, una vez dentro es un camino bastante rocoso, con altibajos, pero si se puede, se debe estar bien decidido a estudiarla, porque hay sacrificios que trae la carrera. Disfruté mis estudios con sus altibajos”.

Considera que la medicina en el país es increíble. “El médico que emigra es bastante reconocido por ser empático, por tener tanta cercanía con el paciente, y eso ayuda a las aproximaciones diagnósticas, inclusive con el tratamiento”.

“Uno al colocarle la mano en el hombro a una persona, ya empieza ayudar, desde los buenos días, pase, siéntese, cómo se siente, esa relación médico paciente es importantísima para el diagnóstico y el tratamiento de una enfermedad de cualquier índole. Por eso los médicos que emigran son tan reconocidos e importantes fuera del país”.

Dice que se han quedado muchísimos galenos apostándole a la mejoría del país. “Los que nos formamos siempre queremos hacer lo mejor, fomentar el buen estudio, el buen trato a las personas, es muy importante escuchar a las personas”.