El grupo terrorista Estado Islámico (ISIS) asumió la autoría de la matanza en un club gay de Orlando (Florida, EEUU) que causó 50 muertos y 53 heridos, informó la agencia de noticias Amaq, vinculada a los yihadistas.

“El ataque armado perpetrado contra un club nocturno de homosexuales en la ciudad de Orlando en el estado estadounidense de Florida fue perpetrado por un combatiente del Estado Islámico”, señaló Amaq en un comunicado, según informó Efe. Esta acción, que empezó en torno a las 2:00 de la madrugada del sábado, es el peor tiroteo masivo en la historia de Estados Unidos.

El supuesto responsable del ataque, un ciudadano estadounidense de origen afgano identificado como Omar Mateen, que portaba un fusil de asalto y una pistola, se atrincheró con rehenes en la discoteca Pulse frecuentada por homosexuales, donde abrió fuego indiscriminadamente hasta que fue abatido por la Policía.

Padre del atacante finge ser presidente

El padre del autor de la matanza se hizo pasar por presidente de Afganistán en un reciente video y en otro anterior apoyó a los talibán, según informó el diario The Washington Post.

Se trata de Seddique Mateen, padre de Omar Mateen, un simpatizante del Estado Islámico (ISIS) que ha sido identificado como el presunto autor de los disparos que acabaron con la vida de 50 personas y causaron heridas a otras 53.

En un vídeo que colocó este sábado en la red Facebook, a nombre del “Gobierno provisional de Afganistán”, Seddique Mateen aparece con traje de camuflaje militar y dando órdenes para el arresto de figuras políticas.

Además mantiene en la plataforma de YouTube varios videos, en idioma dari, en un canal que tiene el nombre de la Línea Durand, una frontera de 2.500 kilómetros que separa a Afganistán de Pakistán.

En uno de esos videos, aparentemente del año pasado, el padre del supuesto atacante de Orlando da a conocer su candidatura presidencial en Afganistán, y en otro expresa su gratitud a los talibán afganos.

En declaraciones previas a la cadena NBC, en las que no aludió a ese tema, Seddique Mateen dijo que el ataque de su hijo “no tuvo nada que ver con la religión”, y pudo deberse a que había visto a dos hombres besarse en Miami hace varios meses.