Edicson Ruiz se ha convertido en uno de los más importantes exponentes del contrabajo en el mundo. Con 31 años ha realizado innumerables conciertos acompañado por reconocidas orquestas en los cinco continentes y este jueves, 13 de octubre, suma a su lista de presentaciones un nuevo escenario: la Gran Sala del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, de la Ciudad de Guatemala.

 “Trabajar con la Orquesta Nacional de Guatemala es un privilegio para mí. Estar en esta tierra, en mi continente, me trae muchos recuerdos. Al ensayar con ellos vienen muchas imágenes a mí cabeza, de mis orígenes, de mis raíces.  Me cautiva ver como la música del viejo continente y la del nuevo mundo se encuentran. Estoy disfrutándolo mucho y espero dar la talla en semejante encuentro”, indicó Ruíz quien este año tuvo presentaciones en Taiwan, Luxemburgo, Italia, Suiza, Inglaterra, Alemania, Portugal y España.

Ruiz, quien se convirtió, a sus 17 años, en el primer latinoamericano en formar parte de una de las filas de la legendaria Filarmónica de Berlín, y continúa con una importante y prominente carrera internacional,  interpretará  el exigente Concierto para contrabajo y orquesta de Serge Koussevitzky, bajo la batuta de Martín Corleto. Además realizará el estreno mundial de la obra Soledad, dedicada a Ruiz y escrita por el comporsitor Efraín Oscher.

“El nombre del concierto que estrenaré es Soledad.  Ese es  el nombre de mi abuela, y el segundo nombre de mi mamá. Soledad también es una pieza de Piazzola, muy melancólica, cuyo tema principal es muy sentimental. Para mí es muy importante porque pienso integrarla en mi repertorio y tocarla siempre, donde me pare, en cualquier escenario. Porque es mi pieza, está dedicada a mí y lo valoro. Se trata de un nombre que para mí significa origen y la vida misma. Mis más valiosos e incomparables recuerdos, eso es para mí soledad.

En su estadía en la capital guatemalteca, el joven músico ha impartido clases a distintos contrabajistas de la localidad y aprovechó la oportunidad para sugerir la creación de una Escuela del Contrabajo para estudiantes de Centroamérica tal y cómo sucedió en Venezuela.

 “Qué  lindo el maestro José Antonio Abreu tuvo esa gran visión de las orquestas en mi país y, sobre todo, que consiguió sembrar tanta música en todo el territorio venezolano. Creo que Centroamérica merece la oportunidad de construir también una escuela de contrabajo significativa para su historia. No solo debemos quedarnos con la Escuela Latinoamericana con sede en Venezuela, sino que, debemos fundar la Escuela de Centroamérica que ofrezca oportunidad a estudiantes de música de Panamá, Honduras, Costa Rica, Belice”, agregó Ruiz.