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El día que se apagó la rotativa

Virguez

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Periodistas de Avance

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Para José Virgüez fue devastador el final de la versión impresa

ARTURO TOVAR

La evolución indetenible de la tecnología ha impactado directamente en cada uno de los aspectos de la vida cotidiana de los seres humanos, de esta realidad, no escapa la comunicación social y el periodismo. Quienes se dedican a informar sobre el acontecer diario, deben actualizarse, casi que, a diario, para mantenerse a flote en este duro pero apasionante oficio.

Dentro del hecho de comunicar, del periodismo y la información, no solo está el periodista, quien así mismo solo funge como un medio o canal para transmitir a sus seguidores lo que sucede y sus repercusiones.

En este fenómeno de interacción frecuente, hay muchas manos y corazones que laboran codo a codo con los reporteros y profesionales de un medio, para hacer posible que la noticia llegue a cada ciudadano.

El Diario Avance ha sido fiel a su principio de informar a lectores y en esa dinámica son pocos los trabajadores que han llegado y se han ido al poco tiempo de ingresar a la empresa, y es que Avance, ha sido una escuela para muchos, no solamente periodistas y reporteros gráficos.

Hay quienes empezaron operando una máquina rotativa para imprimir las páginas que moldearon generaciones, y a pesar de que hoy, ya no se imprimen más periódicos en nuestras instalaciones, se han mantenido dentro de esta institución, por el amor inquebrantable que forjaron años de trabajo por el que definen “el periódico que nunca tuvo competencia en los Altos Mirandinos”.

Tal es el caso de José Virgüez, quien llegó hace 33 años a esta empresa, y todavía sigue dándolo todo para que, diariamente, la ciudadanía se entere con veracidad, imparcialidad y objetividad, del acontecer local, nacional e internacional.

– ¿Virgüez cómo comenzó su historia en Avance?

-Yo me vine del estado Portuguesa, un 18 de enero de 1990, y llegué a Los Teques. Allá, en los estados llaneros, trabajé en varios periódicos, como el Última Hora de Acarigua y La Noticia de Cojedes. En 1989 me retiré de Última Hora, allá era ayudante de la rotativa.

-¿Cómo fue ese enlace, de Portuguesa a Los Teques?

-Yo conocí a un señor llamado Bolívar Núñez, él era muy conocido en Portuguesa, al saber que yo me retiré de Última Hora, me llamó y me dijo que en Los Teques se necesitaba un prensista. Yo nunca había sido prensista, pero me aventuré y me vine con él acá a Los Teques, Bolívar era quien tenía el contacto con Rómulo Herrera.

-¿Cómo fue llegar acá? ¿con quién te encontraste?

-Cuando yo llegué, Bolívar Núñez estaba como prensista, también Henry Herrera y Pedro Castellano, todos ellos en la rotativa; en fotomecánica estaba Giuseppe Guarino y José Osorio, éramos seis personas en total. En ese entonces no éramos un diario todavía, se imprimían máximo 1.000 ejemplares y el costo eran Bs. 5, bastante accesible para la gente y siempre se vendía completo.

-¿Ya existía el Avance en la avenida Bolívar?

-No, yo llegué y estaban en la calle Falcón todavía, cerca del Club Avance. Recuerdo que para mí fue un cambio muy drástico, conocí a muy buenas personas, grandes compañeros de trabajo, me enamoré rápidamente del clima frío y sin pensarlo mucho, fueron pasando los años.

La mudanza de Avance

-¿Cómo fue ese proceso de mudanza del periódico?

-Avance, desde sus inicios, siempre fue una empresa muy sólida, siempre tuvimos mucha pegada y la gente acogía lo que imprimíamos como algo muy suyo. Ya para el año 2.000 comienza el proceso de mudanza para acá, a la avenida Bolívar, Rómulo y su inmensa visión de progreso construyeron este edificio y se fue consolidando aún más como medio de comunicación.

-¿Dónde vivía usted? Supongo que no tenía familia en Los Teques.

-No, yo no tenía familia en Los Teques. Cuando llegué, empecé a vivir en la calle Falcón, en una casita que nos había puesto Rómulo allá. Cuando el periódico se muda a la Bolívar, recuerdo que le pregunté a él: ¿jefe, como voy a quedar yo? ¿tendré que caminar de acá hasta la avenida?, y él me respondió, no Virgüez, ya yo pensé en eso, tengo una casita para ti. Y la verdad es que ese señor siempre tenía todo pensado.

-¿Quiénes integraban el equipo de Avance en aquel momento?

-Desde que yo llegué, hasta la época del 2.000, se fue formando un grupo muy unido y talentoso, Rómulo siempre fue generando grupos de trabajo y le gustaba el trabajo bien hecho y cohesionado. Tuve el honor de trabajar con Carlos Arteaga “Cachucha”, Julián Martínez Fuentes “El Toto” y Mili Zurita como periodistas; entre los reporteros de aquel entonces estaba Ricardo Ibáñez, Joel Aranguren, Fernand Hernández, Gustavo Ramírez y Juan Neri. María Emilia Guarino y Rómulo Herrera eran los jefes de los periodistas y hacían casi de todo. A las 12:00 am ya teníamos listo el impreso todo, 24 páginas y más de 1000 ejemplares.

-Usted, que estaba encargado de la impresión del Diario, ¿cómo vivió esa mudanza?

-Rómulo construyó esto, desde el monte hasta lo que ves, desde cero. Recuerdo que en la calle Falcón imprimíamos con una máquina Hancho, que yo llamé María Eugenia, siempre le pongo apodos a mis instrumentos de trabajo y eso le gustaba a Rómulo; cuando nos mudamos para acá él mandó a Maribel para el Clarín de La Victoria, y la Wedlir, se quedó acá, yo la bauticé como María Carolina.

El final de las impresiones

-¿Cómo fue saber que no se imprimiría más el periódico?

-El 21 de septiembre de 2018 el director, Ronald Peñaranda, nos reunió para explicarnos que no saldríamos más impreso por falta de materia prima. Eso para mí fue devastador, yo sabía que esto no sería igual. Pero fue algo que no se pudo evitar y tuvimos que adaptarnos. 

-¿Qué es lo más bonito que ha vivido en Avance?

-Han sido 33 años de experiencias que marcaron mi vida, hice muy grandes amigos acá y me establecí como un tequeño más, no pudiera decirte solamente algo, he amado mucho mi trabajo y disfruté muchas cosas. Recuerdo mucho las grandes fiestas que organizaba Rómulo el Día del Trabajador y del Reportero Gráfico, también el Día del Periodista; Rómulo no se caía a coba para ponernos a celebrar, era exigente, pero te reconocía. Avance me dio los mejores años de mi vida.

33 años después y sigue aquí

José Virgüez, sigue trabajando en Avance, actualmente maneja el vehículo en el cual los periodistas recorren las calles de los Altos Mirandinos para buscar las noticias que son de interés para nuestros lectores y seguidores.

El amor por su trabajo sigue intacto, actualmente maneja un Mitsubishi Lancer, que apodó “Anastasio”. Labora cinco días a la semana y continúa viviendo en la casita que le dio Rómulo Herrera, cuando se mudó el periódico a la avenida Bolívar.

Ahora José Virgüez está encargado del área de transporte

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