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Empleados públicos se sienten subpagados

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Estos servidores celebraron su día con más penas que gloria

Luis Pino lleva 14 años en la administración pública, actualmente se desempeña como coordinador de Seguridad en la Gobernación de Miranda, tiene tres hijos, una de ellas ya está en la universidad, y debe hacer magia para estirar el sueldo. Él, al igual que el resto de empleados adscritos al Ejecutivo regional, cobra los 10 y 25 de cada mes, pero cuando llega la quincena está pelando pues tiene comprometido los churupos. “Escasamente alcanza para comprar comida y eso que yo no pago alquiler. Nos ayudamos con los bonos que cobramos por las guardias nocturnas, de fin de semana y feriados”.

Ayer se celebró el Día del Funcionario Público a nivel regional y se lo dieron libre al personal; sin embargo, la gente de seguridad se mantuvo al pie de cañón. En 1992, durante el mandato de Arnaldo Arocha Vargas, se firmó la primera contratación colectiva del Sindicato Único de Empleados (Sunep-Miranda) y desde aquel momento fijaron el 8 de agosto como el día para honrar a los hombres y mujeres que prestan servicio en la Gobernación. Alfredo Perdomo, presidente del sindicato, reconoce que están subpagados, pero atribuye los bajos sueldos a la inflación y a la crisis que se ha desatado desde el Gobierno nacional.

“Con el reciente aumento decretado por Maduro, el sueldo quedó solapado hasta el grado cuatro de la escala salarial. Hay muchos compañeros profesionales que ganan el mínimo”. Dice que algunos se ven obligados a hacer trabajos extras para redondearse y cubrir gastos como comida, pago de servicios, colegio de muchachos, alquiler, entre otros. “Es común ver, por ejemplo, a funcionarios vendiendo en las oficinas torta, ropa, hasta rifa. La cosa no está fácil”

En estos momentos, un trabajador administrativo de la Gobernación devenga Bs. 4.250, pero se medio ayuda con las primas de antigüedad, por hijos, profesionalización, así como por bonos por competividad, traslado, 1º de mayo, entre otros. Asegura que la cancelación por esas reivindicaciones no son muchas, unos Bs. 3.000 anuales, porque los perciben trimestralmente o cada cierto tiempo. Los beneficios oscilan entre Bs. 500 y 700, que hoy día no alcanzan para nada. “Una corbata cuesta Bs. 600, pero así quedó establecida en la última convención colectiva firmada en 2009”.

Quieren cambiar la imagen

Los funcionarios públicos tienen fama de flojos, vagos, que no producen. Ante esto, Alfredo Perdomo recalca que han luchado para quitarse esa mala imagen. “A los compañeros le hemos inculcado que ellos son servidores, por lo tanto deben mantener su ética de trabajo. Los que piensan que trabajar para el gobierno es echar carro, le queremos decir que eso está cambiando, porque ahora los que entran por ejemplo a la Gobernación es porque realmente necesitan su empleo”.

“Es preferible tener un 15 y último, en nuestro caso un 10 y 25, que chambear por nuestra cuenta y tener algo hoy pero mañana no”. Lamenta que un grupito de empleados no tenga sentido de pertenencia. “El escritorio que usan alguno de los compañeros deben cuidarlo como si fuera suyo. Entender que un click no se puede botar o llevárselo para su casa porque todo lo que está dentro de una oficina por insignificante que sea tiene un costo”.

Fiesta con austeridad

Una de las cláusulas del contrato colectivo que aunque esté vencido desde hace cinco años, sigue vigente porque no se ha discutido otro, establece un aporte del patrono para hacer una fiesta para celebrar el Día del Empleado Público de Miranda. La cuota es de Bs. 40.000, pero a juicio del presidente del Sunep ese monto no alcanza porque todo ha subido.

“Esa cantidad se acordó en 2009 y para ese momento era mucho dinero, pero ahorita es insuficiente para hacer una rumba para 33.000 funcionarios, además acá no hay un espacio que pueda albergarlos a todos”. Ante las dificultades económicas, han optado por hacer reuniones austeras que se reducen a un compartir que incluye parrillas, refrigerios y música. El último fiestón con todas las de la ley que hicieron en homenaje a los trabajadores regionales, fue en 2003, en un salón del centro comercial La Cascada.

Perdomo afirma que durante los cuatro años de gestión de Diosdado Cabello, los bonches pasaron por debajo de la mesa. “Nunca entregaron los aportes”. Cuando llegó Henrique Capriles reactivaron la entrega de recursos. Por cierto que en esta oportunidad el sindicato recibió los Bs. 40.000 el miércoles y no tuvieron chance de organizar nada para este viernes, pero en los próximos días tendrán su tradicional fiesta.

Logros alcanzados hace 22 años

Rosalio Torrealba, que hoy día es el presidente de la Caja de Ahorros y Préstamos de los Empleados Públicos de la Gobernación (Capem), era a principio de la década de los 90 asesor jurídico de Sunep-Miranda y fue uno de los encargados de elaborar el proyecto de la primera contratación colectiva. “La tenacidad y la búsqueda de reivindicaciones salariales nos condujo a concretar a través de la convención verdaderas conquistas para el bienestar social y la dignificación de los servidores públicos”. Asegura que el sindicato, que ha tenido momentos estelares en la vida de los funcionarios públicos regionales, alcanzó el reconocimiento de la prima de antigüedad de modo porcentual.

“Alcanzamos otros beneficios como la creación de la caja de ahorros, las jubilaciones con 20 años de servicios. Estas cláusulas han sido desconocidas por la actual gestión y no existen dirigentes sindicales que las defiendan”. Destaca que hace 22 años cuando se firmó esa contratación colectiva había 2.500 afiliados, “más de los que hay ahorita”.

Se movilizan por su churupos

En los cinco años de Henrique Capriles, los trabajadores regionales se han movilizado incontables veces hasta la Vicepresidencia de la República y el Ministerio de Finanzas para reclamar los recursos a fin de cancelar compromisos laborales. Siempre están en pico ‘e zamuro los aguinaldos cuyo dinero es aprobado a último momento lo que genera angustia entre el personal. En las marchas algunas veces han sido acompañados por el propio Capriles o la secretaria de Gobierno Adriana D’Elia./Ronald Peñaranda/Foto web

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