La EPS Trinchera de la Revolución hace magia para rendir los recursos. Mañana el relleno sanitario arriba a su tercer aniversario
El 21 de octubre de 2011, justamente cuando se celebraba el 233 aniversario de la elevación de Los Teques como parroquia eclesiástica, el entonces vicepresidente de la República, Elías Jaua, inauguró la primera fase del relleno sanitario El Limoncito, en kilómetro 37 de la carretera Panamericana. En la obra invirtieron Bs. 33 millones, recursos aportados por el hoy extinto Ministerio del Ambiente. Trabajaron sobre nueve hectáreas, donde construyeron dos fosas.
Cuentan además con un galpón de dos niveles donde funcionan las oficinas, casetas de vigilancia, caminerías, básculas de pesaje, una amplia laguna que recoge el líquido de lixiviados -producto de los gases tóxicos- y tuberías para la expulsión de gases procesados. Además, tienen maquinarias para la compactación de los desechos sólidos.
El 19 de julio de 2010 comenzó la conversión del vertedero a relleno sanitario. En ese momento se conformó la Empresa de Propiedad Social (EPS) Trinchera del Sur, integrada por 18 consejos comunales de los sectores, que van desde Guaremal hasta Los Limites, que 15 meses después asumió la administración de los espacios.
María Lorca, fundadora de la EPS, manifestó que a pesar de las limitaciones financieras, técnicas y operativas el proyecto ha rendido sus frutos. “La experiencia ha sido interesante para el colectivo y estamos en una etapa reflexiva, en la que nos preguntamos a dónde vamos a llegar para poder trascender y que la obra no se pierda en el tiempo, sino por el contrario que se consolide como todas las iniciativas de nuestra revolución”.
Indicó que están obligados a dar un ejemplo de lo que es un modelo socioproductivo diferente, porque tienen en sus hombros la responsabilidad de ser la primera EPS en esa materia de todo el país. Reconoció que existen debilidades que poco a poco deben fortalecerse. “Por ejemplo, las relaciones de las instituciones con nuestro colectivo son casi nulas”.
También la formación del personal ha quedado como asignatura pendiente. “La capacitación es necesaria para que aumente el número de personas involucradas. El reto es que la Empresa de Propiedad Social maneje en su totalidad el relleno”. Destacó que en estos tres años se han dedicado a la prestación del servicio y a pesar de que han intentando explorar otras áreas, esto último les ha resultado muy difícil. “Allí es que nos hace falta más apoyo no solo de los organismos sino de las comunidades”.
Al preguntarle sobre las fortalezas del proyecto en todo este tiempo respondió que “una de las cosas positivas ha sido el sentido de pertenencia y el compromiso con la revolución, que nos dio la oportunidad de asumir una obligación de esta naturaleza”. “No es nada fácil manejar un relleno sanitario, por el submundo que lo rodea y que va mas allá de la recolección de desechos. Sería interesante que la iniciativa pudiera sistematizarse y quedaran registros para otras similares”.
Otra de las fortalezas es saber apartar las diferencias internas que pudieran surgir para avanzar hacia el bien colectivo. “Contradicciones siempre hay, pero siempre hemos podido lograr puntos de encuentro”. Actualmente, la EPS está en una fase de relanzamiento para fortalecerla de forma definitiva, “ya en tres años uno sabe cuáles son los balances positivos y negativos y hacia donde vamos”. Admitió que cuando les entregaron El Limoncito, “la gente no sabía prender ni manipular un radio, ni hacer una dinámica de operaciones, pero ahora tienen el conocimiento por lo menos empírico con algo técnico, aunque falta pulir un poco mas”.
Administración transparente y eficiente
Sobre la parte económica Lorca enfatizó que “siempre estamos con una pata coja, cuando la EPS asumió El Limoncito no contaba con la maquinaria necesaria para poder operar un relleno sanitario; contábamos con parte de unas máquinas que entregó Minambiente que no reunían las condiciones requeridas”. “Sin embargo, con una administración eficiente y transparente se han hecho las reparaciones. Con los estados financieros y balances podemos demostrar que ejercemos una actividad que no genera excedentes por ser una prestación de servicio, y porque dependemos de una tasa fija para el cobro de la recolección”.
Subrayó que debido a la inflación se ha depreciado un poco esa tasa. “Eso es parte de la revisión que se tiene que hacer, sin embargo, hemos podido cumplir con el personal”. Hay 37 trabajadores, pero el presupuesto se hace en base a 40. “Ellos tienen sus beneficios laborales garantizados, la nomina es lo primero que se resguarda”.
A los sectores aledaños los apoyan con un camión cisterna que fue entregado para las operaciones, pero debido a la escasez que sufren los vecinos se los facilitan. “Preferimos alquilar un vehículo para que el nuestro esté en las comunidades del eje sur”. Además, colaboraran con un autobús que cubre una ruta escolar.
Buscan alternativas para lograr el capital deseado
El relleno se sostiene con los ingresos de las alcaldías de Los Salias y Carrizal, más un subsidio del ministerio, aporte que durante este año ha sido intermitente. “Han existido algunos retrasos, más ahora con la coyuntura de que pasa a ser un viceministerio. Estamos a la espera de la decisión que van a tomar ellos en cuanto al subsidio”.
Entre las dos municipalidades pagan Bs. 500.000 mensuales y la misma cantidad debería transferir el Gobierno central . “Con un millón de bolívares no logramos cubrir la operación que se requiere. Allí se procesa unas 330 toneladas de basura con una tasa de 114,30, que es lo que establece la ordenanza que rige la disposición final de los desechos, entonces, eso da Bs. 1.100.000 que es lo que debería entrar si todo el mundo paga”. Los recursos se destinan al pago de los empleados, mantenimiento de las maquinarias, suministros. “Aparte del nivel inversión que se debe tener porque eso no es solamente arrojar la basura y echarle tierra encima”.
“Para evitar el colapso se requiere una inversión en los diques, que son muros de tierra para estabilizar los desechos. Como no tenemos la maquinaria, entonces se debe alquilar; en cada uno ellos se puede gastar entre Bs. 500.000 y 1.000.000 mensuales. Hasta el momento no hay una consolidación económica porque el gasto operativo supera los ingresos”.
En estos momentos elaboran unos cálculos para debatirlos con las tres alcaldías, que se benefician con el relleno, e incluso con el PSUV para buscar una salida financiera, a fin de no impactar el bolsillo de los usuarios. “No vamos a permitir que el proyecto se deteriore por no tener el capital para las inversiones”. “Después de tres años la vía está desgastada, por lo tanto hay que repararla, hacer dos sistemas de drenaje, nuevamente; cosas que no se pueden ejecutar con los ingresos actuales”. /Ronald Peñaranda/fp/Foto Jesús Tovar