Con misas, reuniones vecinales, oraciones y bailes enaltecen esta tradición
Cada 3 de mayo, la comunidad de La Estrella, en Los Teques, se viste de fiesta para exaltar la Cruz de Mayo, una tradición que lleva más de 80 años llenando de orgullo a sus vecinos. Junto a una imponente ceiba que engalana la entrada al sector, la cruz, decorada con flores, además de ofrendas como frutas y hortalizas, se alza como símbolo de fe y agradecimiento.
María Zapata, con 38 años vistiendo la cruz, es una de las responsables de esta tradición. “Venerar la cruz es una forma de dar gracias a nuestro Padre Celestial por lo que nos da la tierra. Siempre ponemos frutas, hortalizas, todo lo que ella nos ofrece, en forma de ofrenda”, cuenta María, quien heredó este compromiso de sus padres y abuelos.
La celebración comienza con una misa a las 2:00 PM en la capilla del sector. La cruz, cubierta hasta el momento de la bendición, se destapa en un acto lleno de emoción, seguido de ofrendas, décimas y danzas que le rinden homenaje.
Una tradición que no se apaga

La Cruz de Mayo en La Estrella es un pilar de la identidad de sus habitantes, junto con la subida del furro en febrero, su bajada en septiembre y las gaitas en diciembre. Desde 1997, los vecinos decidieron trasladar la cruz a la entrada del sector, antes ubicada en el sector El Panadero, para que todos pudieran disfrutarla. “Los vecinos vienen, compartimos, tomamos chocolate. Es una forma de mantener vivo lo nuestro”, dice María, quien sueña con que los más jóvenes del sector continúen la tradición.
“Agradezco a la Cruz por la salud y la sabiduría. Cada año la vestimos diferente, confeccionamos sus adornos con amor y agradecimiento”, agrega María. En La Estrella, la Cruz de Mayo no solo es un homenaje a la fe, sino un recordatorio de que las tradiciones, cuando se cuidan, nunca mueren.