Con gran consternación y el corazón triste, un grupo de comerciantes del Mercado Municipal de El Paso, reportó la muerte por envenenamiento de una gata que hacía vida en el lugar, situación que ha causado malestar ante el cariño que algunos concesionarios le tenían, además de la preocupación latente por la cantidad de felinos que permanecen en los espacios y podrían resultar afectados.
“Esa gata tiene un gatico pequeño y con él se la pasaba en un local, de hace más de una semana para acá cuando le empezaron a hacer cariño, ella agarró confianza y se quedó. Imaginamos que en un momento que salió a hacer sus necesidades habrá comido algo y el miércoles (7 de mayo) cuando el señor abre el local me llama porque la gatica estaba tirada ahí”, relató a Avance Reina Rodríguez, concesionaria.
Alrededor de las 8:00 am, cuando la encontraron estaba desorientada, “como inconsciente, se estiraba y retorcía como convulsionando. Lo que hicimos fue llevarla a donde la señora Paula ya que ahí tenemos medicinas, le pedimos apoyo a María Arteaga de Famproa y aunque tratamos de socorrerla para cuando llegó María a verla ya su cuerpo había absorbido el veneno y murió”.
Aunque desconocen si el animal consumió algún alimento dentro del mercado que provocara la reacción, elevaron un llamado de conciencia, concretamente a quienes se dan a la tarea de dejar “animalitos pequeños abandonados” en las adyacencias de los establecimientos.
Solicitan cámaras
Como una sugerencia, encargados de comercios destacaron la posibilidad de instalar cámaras de seguridad, a fin de prevenir y minimizar la cantidad de animales abandonados tanto en el río como en el basurero del mercado.
“Aquí se han encontrado bolsas amarradas con perritos y gaticos vivos, a veces tan pequeños que no tienen ni dientes y no saben comer. Nosotros nos encargamos de más o menos mantenerlos y buscarles casa de adopción”.
Además del fallecimiento del animal, ese miércoles consiguieron tres gatos en el basurero, “uno se lo llevó una niña que se enamoró, un muchacho se llevó el otro y el último lo tiene la señora Paula”, concluyó un comerciante.