Vecinos señalan que las inundaciones persisten

RONALD PEÑARANDA

El fuerte aguacero que cayó sobre los Altos Mirandinos el 18 de octubre de 2018 dejó en emergencia a la Unidad Educativa Cecilio Acosta ubicada en Los Lagos, situación que persiste dos años después.

En aquella oportunidad colapsaron las tuberías y se inundaron el área donde funciona el preescolar, varios salones, los baños, parte de abajo, entre otros espacios.

Ana González, miembro del consejo comunal, declaró: “Ya eso cumplió el segundo aniversario de ese desastre, vamos a picarle una torta. Allí en todo este tiempo no se ha hecho nada. Los tubos que trajeron para canalizar las aguas que vienen de los sectores que están arriba y que se encontraban en La Pradera se los están llevando la misma gente de la Alcaldía de Guaicaipuro. Eran como 60 y ahora quedan unos 20”.

Recalcó que en un mes después de la contingencia, es decir en noviembre de ese año, abrieron un hueco en la parte de atrás del preescolar, “y eso permanece intacto. El recinto está lleno de agua sucia. Existe un foco de contaminación. Por otra parte la cancha parece una selva”.

“La escuela está en decadencia, pese al esfuerzo que hemos hecho nosotros los vecinos, padres y representantes, la Gobernación de Miranda no se anima a retomar las reparaciones, es más ni un supervisor han mandado para verificar las condiciones en que se encuentra la estructura”, destacó.

Otra lugareña manifestó, que es falso de que el comedor esté funcionando. “Ahí no se están preparando alimentos porque el lugar está desmantelado. Los estudiantes que aparentemente comenzron las clases no están recibiendo el PAE”.

Una representante dijo que a pesar de los daños en la edificación, están inscritos unos 700 alumnos “y aún siguen inscribiendo”.

El 25 de octubre de 2018, el entonces secretario de Gobierno del Ejecutivo regional, Rodolfo Sanz, inspeccionó los daños y anunció las reparaciones que culminarían entre 10 y 15 días.

Habló de la ejecución de los trabajos en dos etapas. En la primera “vamos a hacer una exploración profunda para determinar el nivel que tiene un canal que ya es insuficiente para el volumen de agua que viene de la parte alta y que se une con las aguas de lluvia”.

Y la segunda “comprende la reconstrucción de un canal de mayores dimensiones o el desvío de la quebrada, es decir una solución definitiva para mitigar lo que aquí siempre ha ocurrido”.