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“Este desastre que he vivido parece una película”

Carlos Uzcategui Petit 55 años

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Un venezolano en España cuenta su historia de haber sobrevivido al Covid-19

CARMEN TERÁN

En la actualidad hay más de 169.510 casos de Covid-19 en España, 87.169 activos, tras la muerte de 17.614 personas y la recuperación de 64.727 pacientes.

Madrid acumula el mayor número de casos confirmados con 47.146, según los datos del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas.

Carlos Uzcategui Petit, es un venezolano de 55 años que reside en la capital española desde hace un año. Él comenzó a sentir los primeros síntomas del virus el domingo 15 de marzo.

Al principio pensó que se trataba de una simple gripe que se estaba haciendo presente, porque comenzó con dolor de garganta, algo de fiebre y dolor de cabeza.

“Básicamente las primeras 48 horas fueron así, con la única diferencia que tanto el dolor de cabeza como de garganta comenzaron a ser cada día más fuertes y comencé a tomar medicamentos”, declara al diario Avance en una entrevista vía WhatsApp.

Afirma que  “acá la recomendación que dan es que se tome simplemente paracetamol, porque el virus no tiene cura no hay antídoto, pero con este medicamento se moderan un poco los síntomas que se están sintiendo a nivel físico como la fiebre y los dolores”.

A partir del tercer día el asunto se volvió un desastre, “el dolor de garganta se volvió insoportable, la fiebre ni hablar, ya el asunto era una situación prácticamente automática. Yo tomaba el paracetamol cada seis horas, y me tomaba el medicamento evidemente la fiebre disminuía, fiebre que llegué a tener hasta 39 y algo”.

La fiebre disminuía casi hasta desaparecer, pero apenas pasaban seis horas volvía a reventar el cuadro febril fuerte, “lo que me llevaba a tomar la medicación nuevamente y el dolor de cabeza constante”.

Sostiene que después aparecen nuevos síntomas con el pasar de los días. “Un dolor corporal impresionante, perdí el gusto completamente, la comida no me sabía a nada, y comencé a sentir un fuerte cansancio, pero no respiratorio, como si me ahogará, sino un cansancio de una persona que está agotada por mucho ajetreo físico y solo quiere descansar, así me sentía”.

 “En medio de esta locura, con tantas cosas y estos síntomas estuve prácticamente 15 días. Perdí el apetito totalmente, medio tocaba la comida una sola vez en el día, nada me provocaba, también tanto medicamentos me generó un terrible desastre estomacal, fueron días muy fuertes”.

A las dos semanas se siente algo de mejoría. “Ya finalizando las dos semanas de estar con esta crisis, comencé a sentir algo de mejoría, la fiebre ya no era tan constante, y tanto los dolores físico corporales como los de garganta también mermaron bastante”.

“Evidentemente el cambio no se da de un día para otro, el asunto fue paulatino, a medida que fueron pasando los días sentí que me estaba recuperando. También recuperé un poco de apetito”.

Destaca que nunca dejó de hidratarse. “Desde el principio tomaba pequeños sorbos de bebidas saborizadas o agua”.

“Cuando inició mi proceso de recuperación sentí que volvía a mi día a día. Hasta el sol de hoy, tres semanas después, me siento muy bien, no hay fiebre no hay dolores, recuperé el apetito, pero ahora no ingiero alimentos como antes, me alimento con pequeñas porciones”.

Los días de confinamiento

Asegura que a media mañana o a media tarde come algo, porque durante los días de confinamiento tanto su familia como él tienen los horarios “vueltos un desastre”.

Los hábitos los perdieron, porque a veces duerme en la tarde mientras que en la madrugada está despierto viendo la televisión o hace uso de las redes sociales para comunicarse con los amigos y familiares que están en Venezuela o en otras partes del mundo.

En ocasiones desayuna a la una, almuerza a las siete u ocho de la noche y a las tres de la mañana está cenando.

Comenta que “después de este desastre que he vivido, lo único que me queda es repetir como un lorito, que hay que cuidarse. Esto no es un juego, muchas veces lo que vemos a través de las redes sociales y a través de la televisión no es realmente la magnitud de lo que está sucediendo”.

“Hay que cuidarse, recordarle a la gente que a medida que uno se cuide está cuidando a su familia y a los demás”.

“Esto no tiene cura”

Uzcategui indica que es fácil infectarse, “porque definitivamente tenemos que acordarnos de algo y es que esto no tiene cura y cuando una persona se infecta desconoce realmente cual va a ser el desenlace de su situación”.

 “Lo único con lo que uno cuenta es con su propio organismo, con la capacidad de respuesta que tú organismo pueda tener para enfrentar el virus”.

Dice que evidentemente su caso no fue tan grave como el de otras personas, “aquí en España hay gente que se ha infectado y ha tenido la necesidad de ser hospitalizada, incluso hay personas graves en una Unidad de Cuidados Intensivos”.

“Para minimizar el número de contagios tenemos que quedarnos en casa, respetar el confinamiento que es de la puerta de tu casa hacia dentro, cuiden a su familia, lávense las manos y asuman las medidas de prevención”.

Añade que esta es una situación única e impensable, “creo que la gran mayoría que tenemos un poco más de edad que el resto de los jóvenes nunca llegamos a pensar ni nos llegó pasar por la cabeza el hecho ni la posibilidad de que algo como esto pudieran vivirlos y muchos menos a nivel mundial”.

“Como digo a veces a las personas que conozco que esto parece una película, que lo que nos queda es ver los zombies o muertos vivientes caminando; buenos señores tenemos que cuidarnos, y como lo repito entre amigos y redes sociales señores no estamos encerrados, estamos es cuidándonos”.

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