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Estudian impacto de barreras en distribución de lagartos

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Periodistas de Avance

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Características geográficas limitan el intercambio genético entre poblaciones

 La cadena montañosa más extensa de la Tierra y una de las corrientes de agua más grandes y caudalosas del continente sudamericano tienen más en común de lo que se imagina, pues constituyen obstáculos para el intercambio biológico entre muchos organismos, entre ellos el lagarto mato de agua.

Durante años, la Cordillera de Los Andes y el río Orinoco han distanciado a individuos de la misma especie (Tupinambis teguixin), lo que ha limitado el flujo genético entre poblaciones a ambos lados de las barreras geográficas, es decir, a los reptiles de un extremo se les ha dificultado reproducirse con los del otro.

Así lo determinó un estudio realizado por la bióloga de la Universidad Simón Bolívar (USB), Ariana Gols-Ripoll, para su tesis doctoral, cuyos resultados fueron presentados en el III Simposio Venezolano de Evolución, celebrado recientemente en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).

T. teguixin es la única especie descrita en nuestro país. Habita en tierras bajas en todo el territorio -hasta 650 metros de altitud- y su distribución está interrumpida por Los Andes y el cauce actual del río Orinoco, los cuales actúan como barreras geográficas”, explicó Gols.

Registros fósiles indican que el lagarto mato de agua ha existido antes de la elevación de Los Andes (ocurrida al final del Mioceno entre 8 y 12 millones de años atrás), y previo al surgimiento del curso presente del río Orinoco (en el Mioceno Tardío, hace 5 o 6 millones de años). Se cree que posiblemente se originó en el Oligoceno, hace 32-33 millones de años.

La cordillera y el río separaron a las poblaciones. “En cuanto a Los Andes, estas se encuentran totalmente incomunicadas; mientras que en el caso del río Orinoco, todavía existe cierto flujo genético entre las poblaciones, por lo que hay un poco de contacto”. Agregó que “nuestros resultados muestran que hay una estructura poblacional bien definida en seis comunidades de Venezuela, 1 de Brasil y 1 de Ecuador”.

La estructura genética se refiere a la cantidad y distribución de la variación genética dentro y entre poblaciones de una especie, y viene determinada por diversos factores, como la migración. Esta es entendida no solo como el movimiento de especímenes de una población a otra, sino como la introducción de nuevas variantes hereditarias; mientras mayor sea la migración, mayor será la diversidad y distribución espacial.

Murallas efectivas

Sin embargo, la estructura genética poblacional hallada en T. teguixin no parece ser consecuencia de la distancia geográfica, sino un efecto histórico biogeográfico causado por las barreras naturales de Los Andes y el río Orinoco.

Para demostrarlo, se analizaron secuencias de ADN mitocondrial usando muestras de tejido del músculo de la cola del animal, procesadas en las unidades de Ecología Genética y Estudios Genéticos y Forenses del IVIC, así como en una compañía de origen coreano.

Dichas secuencias fueron organizadas en dos bases de datos moleculares: una venezolana, que incluía secuencias de 93 lagartos; y otra sudamericana, que contenía secuencias de 96 especímenes venezolanos, 3 de Brasil y 3 de Ecuador.

En total, se muestrearon 6 localidades de nuestro país: 1 al Oeste de Los Andes (Campo Rosario – Zulia); 3 al Este de la cordillera y norte del río Orinoco (Parque Nacional Guatopo, Miranda; Boca de Macareo, Delta Amacuro; y Agropecuaria Puerto Miranda, Guárico); y 2 al Este de la cordillera y sur del río Orinoco (San Carlos de Río Negro, Amazonas; y Campamento Mirador del Frío, Guri, Bolívar).

La evidencia señala que la población zuliana de lagartos es diferente. “Incluso se diferencian morfológicamente del resto, son más grandes, tienen menos poros femorales, más poros precloacales y la zona ventral del cuerpo es de color anaranjado”, aclaró Gols. El lagarto T. teguixin pertenece a la familia Teiidae. Se distribuye en países como Colombia, Venezuela, Trinidad y Tobago, Ecuador, Brasil, Perú, Bolivia, Guyana, Surinam y Guayana Francesa.

No obstante, en el año 1977 el género Tupinambis fue incorporado en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), debido a la explotación comercial de su piel en Argentina y Paraguay.

De acuerdo con la experta, su investigación puede contribuir con la toma de decisiones en caso de llegarse a implementar un plan de manejo del lagarto mato de agua en estado silvestre, con el fin de preservar la diversidad genética de la especie y la viabilidad de sus poblaciones.

Los avances de la tesis doctoral de Ariana Gols-Ripoll fueron publicados recientemente en la Revista de Biología Tropical de Costa Rica. Como asesores intervinieron los investigadores de la USB Emilio Herrera (tutor) y Jazmín Arrivillaga (cotutora).

Es bien sabido que la Cordillera de Los Andes y el río Orinoco han incidido en la estructura genética y por lo tanto en la distribución geográfica de diversos animales; tal es el caso de los chigüires, murciélagos, serpientes, tortugas y aves. El conocimiento de esta investigación sobre el lagarto es una prueba más sobre esta particular afectación ecológica./hd/cg

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