Más de 70 años de tradición revisten a la procesión del Santo Nazareno, en el municipio Carrizal, estado Miranda; pero, detrás de cada persona que acompaña a la majestuosa imagen de la parroquia San Juan Bautista, hay una historia de fe que deja ver el infinito fervor de la feligresía, que acude cada Miércoles Santo a pagar una promesa por algún favor concedido.

Algunos también lo hacen encomendando alguna petición especial al Santo de la túnica púrpura y otros por simple tradición familiar; pero todos con el mismo amor.

Un testimonio que habla por sí solo es el del señor Luis Matamoros, nativo de Carrizal, hace 40 años debió enfrentar un severo infarto que lo llevó a una sala de cuidados intensivos y con ello a recurrir, desde la cama del hospital, al Nazareno de su pueblito.

“En un momento breve de lucidez él le pidió al santico, como le decimos cariñosamente en la familia, que lo sacara con bien de aquel amargo trance. De hacerlo, se comprometía a vestirlo cada año con mucho más amor del que siempre le tuvo. Así ocurrió y de inmediato él se dirigió a mi mamá, su hermana, para que le ayudara a cumplir con aquella palabra empeñada; hasta el sol de hoy ella, Magaly Matamoros, es la costurera oficial del Nazareno en Carrizal”, detalló a Avance Mayran Reyes, sobrina de aquel hombre que año tras año se las ingenió para cumplir su promesa.

En más de una oportunidad sus ideas fueron muy bien recibidas por la cofradía, como la vez que lo ataviaron como El Limonero del Señor. “Mi familia siempre ha sido muy devota del Nazareno Carrizaleño, desde los tiempos de mi bisabuela, nos han transmitido por generaciones el fervor a él. Mi tío Luis partió hacia el cielo hace seis años, pero su legado no se fue con él. Incluso, yo vengo enfrentando una situación de salud y la he puesto en sus manos, salí bien de una intervención quirúrgica y este miércoles no solo asistiré a la misa, como solía hacerlo siempre, sino que también caminaré junto a él durante todo el recorrido por el municipio”, relató visiblemente emocionada.

Más que una cofradía

Sonia Peña, encargada del Nazareno en la parroquia desde hace 55 años, manifestó que la tradición viene desde que la imagen era resguardada en la casa de su familia.

“Los Peña siempre hemos tenido la hermosa labor de responder por el Nazareno de Carrizal, desde que yo tenía 12 años ayudé a mis padres en la decoración. Hoy lo sigo haciendo en compañía de un equipo activo de ocho personas, además de la gran cantidad de colaboradores que aportan cada año su granito de arena; somos una gran familia”, aseguró.

Con mucha dedicación lo ponía bien bonito cada año, aceptando siempre ideas y aportes de quienes quisieran integrarse por cumplir una promesa.

“Nunca había tenido la necesidad de recurrir a él, hasta que mi hijo tuvo un accidente de tránsito y resultó con cinco fracturas en el pie; debía ser operado, le pedí al Nazareno que intercediera por él y me escuchó, no fue necesaria la intervención quirúrgica, él me cumplió y yo multipliqué mi esmero al decorarlo. Cada año noto que la gente le pide mucho por asuntos de salud y por la paz del mundo”, expresó.

Detalles relevantes

Este año, el vestido del Nazareno, tiene una notable particularidad que revelaron en primicia para Avance. La silueta de la Iglesia San Juan Bautista fue bordada en pedrería a la túnica, acción que estuvo a cargo de la hermana de Sonia, quien solicitó al santo “un favor muy especial”.

La imagen que mide 1,70 metros de altura, llegó a Carrizal “por error”, porque estaba destinada hacia Maracay. Sin embrago, se quedó acá, tras llegar sin la cruz el señor Luis María Peña (padre de Sonia) le confeccionó una en caoba que todavía es cargada por el santo.

El recorrido del Nazareno es más largo que el de las demás procesiones y va en sentido contrario a ellas, acompañado por la Virgen Dolorosa y San Juan Evangelista; para simular el camino al calvario que vivió Jesús en aquel momento de su historia. Por primera vez en la historia de Carrizal, Jesús resucitado tendrá una procesión el Domingo de Resurrección. Saldrá desde el Santuario de las Almas Consagradas hasta la Iglesia. La imagen fue donada por una familia carrizaleña, los De Freitas.