Sus 20 años de experiencia lo han convertido en un apasionado del reporterismo gráfico
Gustavo Ramírez, community manager, locutor y actual jefe de Fotografía en el diario Avance, cuenta cómo pasó de ser un muchacho sin experiencia a un reportero gráfico apasionado del lente.
Comenzó en 1996, cuando con tan solo 20 años llegó al periódico en busca de un empleo, sin contar que este diario sería una de sus más grandes escuelas en la vida.
“Daniel López Méndez era el jefe de Información en ese entonces, me brindó un apoyo incondicional y me dijo que aquí aprendería más de lo que podía imaginar”.
Consideró a Joel Aranguren como su mentor, pues fue una de las personas que le enseñó gran parte de lo que sabe. “Tengo mucho que agradecerle a mi colega Joel, su apoyo, su conocimiento, y hasta sus exigencias, ya que ningún profesional se forma fácilmente, él siempre me decía que los reporteros gráficos somos el ojo de la noticia”.
Enfatizó que sus primeras fotos fueron de fuentes como comunidades y política, pero debutar con una de las más importantes, como lo es sucesos, fue una experiencia indescriptible. “Capturar un accidente, fotografiar a un muerto, me parecía algo sorprendente”.
De hecho, recordó una pauta que marcó su vida. “Un soldado del ejército aplastado por una tanqueta ha sido una de las imágenes más impactantes que he podido hacer, al igual que ver como estudiantes en medio de una manifestacion arremetieron contra un Polimiranda, lanzandole una bomba molotov e incendiando su cuerpo”.
En sus 20 años de experiencia, indicó que uno de los hechos que siempre quiso captar fue el intento de golpe de Estado de 1992. “Esa habría sido una de las mejores fotos de mi vida”.
La magia del revelado
Relató que apenas llegaba al periódico, en su antigua sede de la calle Falcón, lo primero que hacía era revisar el ejemplar. “Ver como quedaba plasmado mi trabajo, observar mis fotos, era muy importante para mí, siempre ligando haber sacado la foto de primera, pues esa sana competencia ha existido desde siempre”.
Destacó que antes vivían la intriga de esperar el revelado y ver como quedaba la foto, pues el proceso del copiado era lo más complejo para él. “Entrar al cuarto oscuro a realizar el revelado era una magía indescriptible que desearía volver a vivir, sacar el rollo con las fotos ya tomadas y revelarlas era una verdadera travesía que hacía que amara mi trabajo cada día. En ese momento hacía fotografía en su máxima expresión”.
Cuando se le preguntó cómo compite un reportero gráfico con la era del comunicador popular, manifestó que para él no es competencia, ya que el sentido que se le da a la fotografía es diferente.
“Cualquiera puede plasmar un momento, pero hacerlo con una intención específica no es tan fácil, pienso que cada foto debe hablar por sí sola, por eso siempre exijo buenas imágenes”.
Trabajo en equipo
En cuanto al trabajo en conjunto con los periodistas, enfatizó que siempre ha tenido una buena afinidad para que la informacion compagine perfectamente con las fotografías. “He tenido la dicha de conocer a grandes periodistas como María Marval, Daniel López Mendez, Alicia Aguilar, Elcida Crespo, pero Ronald Peñaranda es un caso particular, pues tenemos 20 años trabajando juntos y siendo un gran equipo, tanto en el Avance, como en otro medios de comunicación donde hemos laborado a lo largo de nuestra trayectoria”.
Tuvo la oportunidad de volver a su primera escuela, pero esta vez como jefe. “Tengo un buen grupo de reporteros gráficos, siempre trato de darles mi conocimiento, contarles mis experiencias y aprender de ellos, para que Avance continúe siendo el principal periódico de los Altos Mirandinos”.
Finalmente, agradeció a este medio impreso, por haberle brindado la oportunidad por segunda vez. “A este diario le agradezco todo lo que sé, lo que soy, y la bonita experiencia de hacer diarismo, eso es algo que tendré en cuenta por el resto de mi vida”./KB/ac/Foto: Alexander Offerman/