RONALD PEÑARANDA
“El linchamiento es la reacción a la frustración de las personas ante la falta de respuesta efectiva de las autoridades policiales, así como de los diferentes organismos de administración de justicia del país, es decir, ante la falta de seguridad ciudadana”.
Este es el análisis que hace el abogado y tambien criminologo, Félix Perdomo, sobre el fenómeno que se ha desatado en la Gran Caracas y los Altos Mirandinos, en esta subregión se han registrado varios intentos de tal delito sobre todo en San Antonio de los Altos.
Explic que emana pasada con el cheed ,dauiael a ó que en este momento de descontrol emocional, la sociedad no calcula que combate un delito con otro, ni ve las consecuencias que puede tener, tanto jurídicas como morales.
“Las primeras están tipificadas y sancionadas en el Código Penal y Código Orgánico Procesal Penal vigentes, las segundas producto de la rabia, el dolor, la molestia, la ausencia de apoyo policial, el cansancio de esperar justicia los lleva actuar desde el instinto primitivo y simplemente actúan tomando venganza por su propia mano.
Agregó, que a lo anterior se suma la perdida de valores, degradación de la sociedad, dejando un incalculable daño moral y emocional. “Pudiendo ocurrir que dentro de este estado de emociones compartidas por el colectivo llenos de irracionalidad, pueden linchar a un inocente como ocurrió con el chef que perdió la vida la semana pasada en la capital de la República”.
“En toda sociedad debe existir un conjunto de normas e instituciones para hacer cumplir las reglas que regulen la conducta humana y las personas puedan convivir en paz. Así, cuando ocurre un hecho de violencia y se irrespetan las leyes, los órganos competentes deben aplicar una sanción, es decir, el Estado debe intervenir para que otras comunidades no vean en esto parte de la solución a la inseguridad, convirtiendo estas acciones en una práctica común”.
Miedo a represalias
Recalcó que producto de la experiencia vivida en el día a día en el ejercicio de la profesión, puede afirmar que del 100% de los delitos que ocurren en el país, el 55% no se denuncia, el otro 45% está conformado por homicidios y secuestros que son los más graves.
“Los demás pasan por debajo de la mesa porque las víctimas creen que no se hará justicia o por miedo a represalias de los delincuentes, al no denunciar, el antisocial automáticamente queda libre. Sumado a ello nuestro Código Orgánico establece una serie de excepciones de libertad, lo cual, percibe el ciudadano como una burla al ver que el malandro que lo robó o mató a un familiar está de nuevo en la calle delinquiendo y convirtiéndose en su verdugo”./gp
