Lugareños instan al Gobierno nacional a poner mano dura en la zona. Fue imposible culminar el recorrido ante continuas advertencias de vecinos que recomendaban no llegar hasta la cueva

Vías de tierra y repletas de piedras, calles vacías y vecinos completamente resguardados, es la primera impresión que se percibe al momento de pasar el sector San Corniel, de La Mata, para continuar en la ruta hacia la famosa Cueva del Indio. Durante el trayecto, lugareños curiosos se asoman por las ventanas pero ninguno se atreve a salir. “¿Qué van a hacer ustedes por allá? Eso es muy peligroso” y “si cargan una pistola es mejor que la saquen antes de continuar”, fueron algunas de las advertencias que recibió el equipo reporteril de diario Avance, mientras intentaba realizar un trabajo especial sobre el turismo y el estado en que se encuentra la cueva.

Una de las vecinas, que prefirió permanecer en el anonimato por temor a los “azotes”, señala que hace unos 10 años esta gruta montañosa representaba una gran opción para que deportistas y familias disfrutaran de un día diferente y tuviesen contacto directo con la naturaleza, pero ahora es prácticamente imposible realizar este tipo de aventuras. “Con decirte que ni siquiera la Guardia Nacional ni los funcionarios del Cicpc se atreven a pasar más allá de la cochinera. Le tienen miedo. Las pocas veces que aparecen por acá, ahí mismo se devuelven. Es grave lo que ocurre aquí”.

Afirma que la cueva del indio se transformó en una especie de tierra de nadie, puesto que pueden observarse sujetos armados, cuidando sus territorios, a plena luz del día. “Para que puedan acabar con este grave problema es necesario que los cuerpos policiales se internen durante semanas en el lugar”.

Asimismo, otro de los lugareños indica que de vez en cuando algunos “aventureros” se arriesgan a pasar del cochinero, pero luego se regresan arrepentidos porque o se llevaron un buen susto o fueron víctimas de los maleantes. “Cómo puede apreciarse, la vía que conduce hacia la cueva del indio, es de tierra. Además la maleza ha crecido de forma alarmante. Sinceramente pido una ayuda gubernamental. Estamos a un par de minutos de Los Teques y pareciese que estuviésemos en el interior del país”.

Pese a la insistencia del equipo reporteril de intentar conseguir algún ciudadano dispuesto a declarar delante de las cámaras, ninguno quiso ofrecer sus datos ni mucho menos aceptar alguna fotografía. Aseguran que se sienten totalmente desprotegidos por parte de las autoridades, puesto que están a merced y bajo el control de sujetos, que miden su poder basándose en el “número de armas, muertos y fechorías que cometen”.

Un poco de historia

Aunque existen versiones encontradas con respecto a la historia de la Cueva del indio, todas presentan un elemento en común: el Cacique Guaicaipuro. Según el historiador y cronista, Jesús María Sánchez, el profesor e investigador Francisco Tamayo realizó una expedición hacia el interior de la cueva y, demostró a través de un estudio, que era imposible que sirviera de refugio para un grupo de personas.

“Según otras versiones la cueva habría servido de refugio para los aborígenes comandados por el Cacique Guaicaipuro, pero la realidad es que no cuenta con las dimensiones ni la profundidad requerida para albergar ciudadanos”. Señala que esas versiones forman parte de un conjunto de rumores parecidos a los que en un tiempo vociferaban de la cueva del Guácharo. “De esa caverna, que sí es lo suficientemente espaciosa para refugiarse, exageraban diciendo que a través de ella se podía llegar hasta Brasil”.

Insta a los institutos de turismo tanto de la Gobernación de Miranda como de la Alcaldía de Guaicaipuro a indagar en este interesante tema y promover expediciones para constatar cuál es la realidad de la cueva del indio. Asegura que lo más probable es que existan grandes riegos para su exploración, “porque hay que recordar que gran parte de las cuevas se encuentran a orillas de los desfiladeros y, hay que ver cómo está la ruta de acceso”.

Otra versión

Vargas indica que otras versiones extraoficiales de la cueva, que fue bautizada como del “Indio”, en honor al cacique Guaicaipuro, habría servido de refugio para los aborígenes cuando fueron invadidos por los conquistadores. La leyenda cuenta que fue el último lugar en el que estuvo Guaicaipuro antes de ser asesinado y, que además, éste habría matado a su hija por revelar la ubicación de la cueva. Otras versiones aseguran que el Cacique mató a su progenitora por pretender irse con un español./Foto: Félix Laucho