70 familias temen quedar incomunicadas

MARIBEL SÁNCHEZ

“Desde que se cayó un pedacito de la carretera no hemos tenido ni un solo día de tranquilidad aquí en San Rafael, el agua se ha vuelto nuestro más grande adversario. Por un lado, las tuberías viven haciendo de las suyas al desparramar agua sucia y socavar el terreno que sostiene la vialidad de concreto; eso viene desde hace tiempo y ya está en su punto más crítico. Y por otro lado, cuando crece el río y se desborda erosiona esa tierra. Corremos el riesgo de quedar incomunicados”.

De esta forma se expresó Martha Velarde, vecina del sector, ubicado en San Pedro de los Altos, quien dijo que unas 70 familias están afectadas con la situación. “El concreto que queda está prácticamente sostenido por unas tuberías, por no decir que están suspendida en el aire”.

María Linares, residente de la parte alta del sector, apuntó que además las alcantarillas están tapadas y eso deviene en que corra una especie de quebrada por encima de la calzada.

“Hace ya un año que se partió el concreto de la carretera en la parte inicial a causa del vacío de soporte. El consejo comunal asegura haber pasado una carta a la Alcaldía de Guaicaipuro, para solicitar una inspección y por supuesto el apoyo para evitar que eso siga cayéndose a pedazos”.

Aseguró que es necesario “retirar el concreto, vaciar más tierra y construir un muro de soporte desde la mitad de la vía hacia abajo; para que no tengan que dentro de poco hacerla completa de largo a largo”.

Llevándose ambas manos hacia la cabeza y con los ojos bien abiertos, como rememorando el horror que les embarga cada vez que llueve, señaló “cuando se desatan los palos de agua busco asomarme cómo puedo para constatar el nivel del río, porque si sube mucho se va a llevar muy buena parte de la tierra que medio queda debajo de esta calle”.

Por los caminos verdes

Una vez superada la vía, los lugareños que pueden bajar a pie por unas escaleras de cemento, construidas hace pocos años, encuentran conexión con la entrada de la comunidad Río Arriba. No obstante, ese atajo se ve empañado por peldaños de tierra, que cuando se mojan pasan a ser resbaladizos peligrosos.

“Allí, en esa escalera se ha caído más de uno en varias oportunidades, porque cuando llueve eso se vuelve un pantanero deslizable. Y si uno busca irse por un ladito es peor, porque hay unos tubos muy lisos que te pueden hacer caer también”, añadió.

Del mismo modo relató que desde que se bajan del autobús en la plaza Bolívar de San Pedro, tienen que sortear por los caminitos verdes una buena cantidad de dificultades.

“Algunos tienen que atravesar un ‘puente’ de concreto que esta medio resquebrajado para evitarse un vueltón, los otros que vamos más arriba nos encontramos con grandes cantidades de basura en los laterales del río, afeando el panorama y generando malos olores”, finalizó./rp Fotos: Yuliettsha Molina