Publican libro de investigaciones en formato impreso y digital

Una invitación con dotes de exigencia realizó un equipo multidisciplinario de investigadores: la ciencia, tal y como se concibe en la actualidad, debe transformarse si realmente busca mejorar la calidad de vida de la población y garantizar la supervivencia de todas las especies.

Dicho planteamiento fue estampado para la posteridad en La ciencia y su papel en la Venezuela del siglo XXI (2016), el más reciente título del sello editorial del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, Ediciones IVIC.

La obra fue coordinada por María Victoria Canino, jefa del Laboratorio de Ecología Política del Centro de Estudios de la Ciencia del Instituto. En ella se recogen algunas de las ponencias dictadas en el 2014 durante un ciclo de conversatorios bautizado con el mismo nombre.

“El lector encontrará diferentes criterios que le permitirán reflexionar sobre los distintos niveles de conocimientos que son importantes para lograr una Venezuela más justa, inclusiva y equitativa”, explicó Canino.

A su juicio, no hay vuelta atrás. “Es imperativo cambiar la manera de hacer ciencia. En este momento, de urgencia transformadora, nuestro país necesita que confluyan todas las capacidades, es decir, la manera tradicional y los saberes populares de la gente que tiene experiencia resolviendo cosas por su cuenta”, acotó.

Diez especialistas, de distintas áreas, participaron en la elaboración del manuscrito. Edgardo Lander, de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito (Ecuador); Vladimir Aguilar Castro, de la Universidad de Los Andes (ULA) de Mérida; y Luis Marcano González, profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y exviceministro de Ciencia y Tecnología.

Figuran, igualmente, Luis Damiani, exviceministro de Educación; Francisco Rivero, de la Universidad Metropolitana (Unimet); así como María Victoria Canino, Marx Gómez, Marhylda Rivero, Enrique Cubero y María Sonsiré López, del Centro de Estudios de la Ciencia del IVIC.

Aceptar la emergencia por la cual atraviesa el quehacer científico y tecnológico es un paso necesario, pero insuficiente para renovar el modelo dominante de producción de conocimientos.

A diferencia de antes, actualmente, “hay en Venezuela voluntad política para coadyuvar estos cambios, ya no solo es la naturaleza y los pueblos los que piden cercanía en lo que hacemos, ahora también los gobernantes nos piden contribución desde nuestros modestos lugares”, señalan en el texto los prologuistas, Canino y Gómez.

Ahora o nunca

Los autores del libro no escatimaron esfuerzos en exponer los atributos y las desventajas del método científico moderno, los resultados derivados de su aplicación y las consecuencias.

Desde su propia experiencia, el filósofo de la Unimet, Francisco Rivero, trató algunos aspectos relacionados con la ciencia, la moralidad y la política, como la búsqueda permanente de verdad y conciencia, tradición iniciada por la civilización griega.

El hecho de que el hombre es un sujeto moral guiado por el bien o el mal, determina que “la ciencia, el saber, la historia, la política y el mundo de la acción como la existencia humana, en general, sea irreductible, por lo tanto, incomprensible, en términos puramente materiales, utilitarios y pragmáticos”.

Alarmado por la profunda crisis civilizatoria que a su entender se está viviendo, el docente de la UCV, Edgardo Lander, reflexionó acerca de los retos de la producción de conocimiento en la actual coyuntura.

“Muchos de los principales problemas que hoy confrontan la humanidad, están asociados con los extraordinarios poderes fácticos que la ciencia y la tecnología modernas le han dado a los Estados y a las corporaciones (…) en ausencia de toda consideración al principio de precaución”, enfatizó en la publicación.

Lander también está convencido de la urgencia de cambiar el modo de hacer ciencia en Venezuela, pero además afirma que es indispensable “salir de la lógica, estrictamente rentista, que ha distorsionado a este país durante ya un siglo”.

Por su parte, el profesor de la UCV, Luis Marcano González, analizó varias acepciones de ciencia, asegurando que “es una creación cultural humana” y, por tanto, “no existe ciencia ni tecnología inútiles. La ciencia y la tecnología solo pueden ser beneficiosas o dañinas, pero no inútiles”, dijo.

Asimismo, le dedicó una sección al IVIC. Aunque reconoce que la mayoría de los centros de investigación adoptaron prácticas foráneas sin evaluar el contexto nacional, este instituto, fundado en 1959, “no ha sido una isla en la sociedad venezolana ni mucho menos en su cultura; más bien cabe decir lo contrario, el IVIC ha sido un producto de la sociedad y la cultura del país”.

Bienvenida al mundo académico

Durante el bautizo de La ciencia y su papel en la Venezuela del siglo XXI, el vicepresidente de la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (Idea) y funcionario de la Unidad de Diversidad Biológica del IVIC, Daniel Lew, recordó que el método científico no era la única herramienta para resolver problemas. Sin embargo, “la ciencia encuentra enormes dificultades para convertirse en lo que la sociedad espera de ella”.

¿Ha empezado la Venezuela pospetrolera? Preguntó Lew en la presentación del libro: “Creo que ya llegó y no podemos posponer la discusión y evadir el debate sobre el papel de la ciencia, tecnología e innovación en los temas sociales más pertinentes”, indicó.

La antropóloga de la UCV, Zuleima Jiménez, trabaja en la Gerencia de Proyectos Estratégicos del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Oncti) y asistió a la presentación del texto en representación del pueblo indígena Yekuana de La Esmeralda, ubicada en el municipio Alto Orinoco del estado Amazonas.

En el acto manifestó estar “muy contenta porque salgan este tipo de libros, y que llame la atención de la comunidad científica y los indígenas, porque eso contribuye a expresar que su conocimiento también es valioso”./no

El texto está disponible en formato digital y puede descargarse en la página web www.ivic.gob.ve.