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Josefina Hudman, una profesional de oro

josefina hudman

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Periodistas de Avance

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Si 36 años de trayectoria profesional ininterrumpida, 23 de ellos desempeñados como coordinadora en el área, no hablan por sí solos de la dedicación, entrega y pasión que alguien pueda sentir por lo que hace, entonces nada lo hará. Pero si a eso le agregamos la personalidad tan esplendida que posee la licenciada Josefina Hudman, pues estaríamos hablando de un nivel casi de perfección.

Esta noble y simpática enfermera del ambulatorio María Isabel de Rodríguez, ubicado en el municipio Carrizal, no pudo ocultar su sorpresa al ser abordada vía telefónica para que nos concediera la entrevista que la llevaría a protagonizar esta sección de Gente Valiosa. Desde su centro de trabajo nos recibió para contar con mucha dulzura, carisma y simpatía lo que ha significado para ella dedicar toda una vida a brindar bienestar a la comunidad.

“El antiguo hospital Policlínico de Los Teques me vio nacer y mucho tiempo después desenvolverme como enfermera allí mismo, viví junto a mis padres y mis seis hermanos en Las Adjuntas; tanto papá como mamá son nativos de Carrizal y hoy día yo estoy completamente arraigada a esta localidad. Estudié hasta tercer grado en el colegio Puerta Verde y completé la primaria en la Rodríguez López, para luego sacar bachillerato en el liceo Miranda”.

Explicó que inducida por una prima que se dedicaba a la enfermería en la medicatura del pueblito de San Diego de los Altos, se inició en lo que sería su estilo de vida para siempre. “Yo tenía como 16 años apenas, ella me propuso que la ayudara a cuidar de los abuelitos de Guare Guare para ver si me gustaba; con la curiosidad propia de una joven de esa edad me atreví y me enamoré por completo de esta bonita profesión. Un año después de esa enriquecedora experiencia, comenzó a estudiar.

“Para esa época las enfermeras salían como bachilleres asistenciales, no con profesionalización como ahora; al culminar el período académico en 1978 entré a trabajar al Policlínico como suplente por dos años, mucho de lo que hoy sé lo adquirí ahí, porque conocí la verdadera esencia de mi labor: servir con dedicación y humildad a los pacientes; médicos, enfermeras de mayor experiencia y hasta las camareras conformaban un equipo de trabajo maravilloso”.

Tesoros invaluables

Posteriormente fue trasladada al Materno Infantil de Caricuao, donde laboró por 16 años sirviendo de gran apoyo como circulante para los anestesiólogos. Gracias a su apacible trato, logró calar en cada uno de los pacientes a los que debía asistir ante un escenario tan crudo como el del quirófano. Su crecimiento personal y profesional obedece también a su constante capacitación en talleres intensivos y los diversos diplomados que posee.

En ese ínterin conoció a su esposo Pablo Enrique Bello, con quien lleva 35 años de matrimonio y procreó a sus tres profesionales hijas: Yosmeri, quien es Químico, Yusmari que se desempeña como licenciada en Enfermería y Yenilexy que hace lo propio en Administración Tributaria. Tiene dos nietecitos, una de 12 años y un bebé, de apenas 1 mes de vida.

“A principios de los 90’s tuve que pedir cambio del materno porque adquirimos una vivienda en Los Teques y me lo concedieron para el antiguo sanatorio Padre Cabrera, allí, durante cuatro años, experimenté cosas muy bonitas porque trabajaba con pacientes de TBC y los diagnosticados con VIH en fase terminal; ellos brindaban la oportunidad de desarrollar una gran sensibilidad”.

Humildad y tolerancia

Josefina relató, que una vez que lograron comprar un terreno en San Diego de los Altos, comenzó a trabajar en el ambulatorio de la zona junto al doctor Nicolás Izquierdo, quien más adelante le propondría que se integrara al equipo de trabajo de la alcaldía de Carrizal como Coordinadora de Enfermería, cargo que ejerce desde el 15 de noviembre de 1994  hasta la fecha, llevando con eficiencia los programas de salud a la comunidad, junto al capital humano bajo su cargo.

“Me siento muy orgullosa del personal de enfermería que aquí me acompaña, todas son chicas muy preparadas y con un espíritu de trabajo incansable. No es fácil tener que trabajar con distintos tipos de temperamentos, pero me baso en la tolerancia y respeto para poder manejarlos satisfactoriamente; no me gusta imponer nada, procuro mantener feeling con cada quien, no niego que me ha tocado tener cierto nivel de exigencia, pero todo dentro del marco del entendimiento mutuo. En Montañalta también coordiné, por varios años, a la par que lo hacía acá en Carrizal, claro en diferentes turnos”.

Para ella, asistir a los demás es primordial. “Todo el que me necesite lo ayudo dentro de mis posibilidades”. Considera que es vital tratar con amabilidad a los pacientes y que una sonrisa es el mejor insumo que de entrada puede ofrecer una enfermera. “Siempre le digo a las muchachas que deben ser muy tolerantes con la gente, ponerse la mano en el corazón y brindarles cariño, porque ellos llegan aquí con un problema lo suficientemente grande como para que lo agravemos con un trato inadecuado, sin vocación no tiene sentido esta profesión”.

Múltiples reconocimientos de todas las instituciones para las que ha trabajado, hacen parte del invaluable tesoro de esta profesional. Medallas, diplomas, botones de condecoración, entre otros han venido enalteciendo la labor de Josefina, quien se ha convertido en ejemplo para sus colegas y su familia./no

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