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La cultura se ajusta al aumento salarial

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Periodistas de Avance

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Gerentes estiman que este año deberán aumentar nuevamente el precio de los boletos

Cuando el presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, terminó su alocución del domingo -en la que hizo público el decreto de aumento salarial en 50%-, gerentes culturales y miembros de la audiencia (tanto como empresas y empleados de otros sectores) vieron desfasarse en igual o mayor porcentaje los presupuestos anuales que habían estimado para el funcionamiento de sus salas y para el desarrollo de sus producciones artísticas.

Si ya en 2016 fue notorio el incremento paulatino de los costos de las entradas, y fue cuesta arriba (sobre todo para los sectores teatral y cinematográfico) llevar a cabo sus apuestas, el año que inicia parece destinado a continuar, y acaso acentuar, este conflicto. Así lo aseguran las cabezas de algunos de los principales espacios culturales de Caracas, que estiman que esta medida económica deberá ser sorteada con una inevitable alza en los boletos, sumada a toda clase de acciones creativas para cubrir los montos mínimos que requieren sus actividades.

Economistas, como hizo en su cuenta en Twitter el también diputado José Guerra, ya han anunciado que cada ajuste salarial se traduce en nuevas y más altas cifras de inflación y, si bien no se cuenta actualmente con un número oficial actualizado al respecto, el indicador es percibido a diario por los venezolanos en su intento de acceder a bienes y servicios.

En el caso de los espacios culturales, el dinero requerido para costear los sueldos de los empleados que prestan servicio en sus espacios, así como para adquirir los insumos de sus producciones artísticas suelen provenir de los ingresos que reciben de las ventas en taquilla. Por esto, el cumplimiento del nuevo decreto, que nominalmente hará parecer que el venezolano contará con más dinero para su recreación, realmente se traducirá en precios más altos para disfrutar de los espectáculos.

Los teatros y compañías que resultan más afectados por la medida son aquellos que no cuentan con otros modos de financiamiento fijo. Entre esos casos se encuentra el Trasnocho Cultural, en Las Mercedes, espacio que, de acuerdo con su directora Solveig Hoogesteijn, depende casi exclusivamente de las entradas adquiridas por la audiencia, con excepción de eventos muy específicos (como el Festival de Jóvenes Directores, o algunas exposiciones de la Sala TAC).

De acuerdo con Hoogesteijn, “cada vez que hay un aumento del salario mínimo, nos vemos obligados en el Trasnocho no solamente a aumentar el salario de los empleados que ganan ese sueldo (…), sino también la escala hacia arriba; y ¿cuál solución encuentra una institución que se autogestiona, como la nuestra, ante eso? Subir los precios de los boletos al público, aunque eso signifique que nuestra misión de difundir cultura se haga más difícil, porque el público tiene que pagar también por su alimentación, por su transporte… y lleva a que en la decisión entre en qué gastar los recursos de los cuales se dispone se pueda ver disminuida la cultura”. Entre el inicio y el fin de 2016, el Jefe de Estado decretó cuatro aumentos salariales, y los boletos para el cine y los teatros del Trasnocho doblaron su valor (Hoogesteijn estima que pasaron de Bs. 600 a Bs. 1.500 en los cines, y de Bs. 800 a Bs. 1.500 y Bs. 1.800 en las salas teatrales). Con todo, cifras de la institución revelan que la asistencia anual de la audiencia no se afectó en demasía en el Trasnocho, al disminuir apenas 0.66%, al pasar de 348.078 a 350.405 espectadores.

El reciclaje como apuesta

En la sala de teatro La Caja de Fósforos, ubicada en la Concha Acústica de Bello Monte, también han buscado soluciones monetarias para enfrentar la inflación ocasionada, entre tantos otros factores, por los continuos aumentos salariales.

Diana Volpe, actriz, directora y miembro de la directiva de esta sala, asegura que actualmente en La Caja no brindan  un sueldo fijo a su equipo, sino que ofrecen remuneraciones  por los proyectos en los que participan, y los actores se benefician con las taquillas. Así, aunque en términos de nómina el aumento no se hace imperante, Volpe admite que “la suma que se ofrece a cada trabajador deberá ser ajustada, aun cuando sabemos que nunca podrá ser lo que se merecen”. Para este año evalúan subir los boletos de Bs. 750 a Bs.1.000.

Para costear obras y festivales han recurrido también al apoyo de embajadas, además de contar con  aportes de la Alcaldía de Baruta. Sin embargo, en lo que a escenografía y vestuario se refiere, suelen apostar, principalmente, a las compras anticipadas y al reciclaje. “Nuestro secreto es reciclar el material de obras anteriores y tratar de comprar lo más posible en enero. Tenemos la ventaja de que somos un grupo de cien personas que apoya enormemente y ayuda en cada aspecto vinculado al montaje ¡A veces yo misma limpio la sala!”.

El presidente de la Fundación Rajatabla, William López, también asegura que los ingresos de los trabajadores del teatro suelen ser menores que lo merecido, y que a partir de este año dependerá casi por completo de lo que se obtenga en taquilla. Aunque reciben apoyo del Banco Central de Venezuela y del Ministerio para la Cultura (que le aportó apenas Bs. 140 mil el año pasado), también han hecho del reciclaje una norma. Actualmente, López evalúa la necesidad de asignar un nuevo precio a las entradas, que aún no ha sido establecido,y teme que en algún momento sea necesario llegar a una reducción de su ya limitado personal. A finales de 2016, el costo de los boletos para esta sala era de Bs. 500, aunque había iniciado ese año cobrando Bs. 300.

Fuentes del Centro Cultural BOD aseguran que, gracias al respaldo de la entidad bancaria, no planean aumentar los precios de sus entradas de inmediato, aun cuando no descartan que esta medida deba ser dictada durante el año. En este momento, el menor costo posible para asistir a una presentación en este espacio se encuentra en Bs. 2.500 pudiendo subir exponencialmente, dependiendo del tipo de espectáculo y de los acuerdos llegados con la productora.

Consultados sobre las posibles consecuencias del aumento salarial en sus espacios, los directivos del Centro Cultural Chacao prefirieron no emitir declaraciones.

@mariagfernandez

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