Con 13 años de trayectoria lo que nació como un emprendimiento para construir su futuro se ha convertido en un legado familiar para los Díaz, cuya labor de desmalezamiento y limpieza de los terrenos les ha hecho ganar un espacio en el corazón de los residentes de Laguneta de La Montaña y Pozo de Rosas.
“Esto surgió porque estuve trabajando en varios sitios y sin ton ni son me despedían, después comencé a trabajar por iniciativa propia”, relató Luis Díaz, quien acompañado de sus hijas emprendió este camino: “hay días buenos y días malos, pero todo es bendición”.
Cuando Díaz inició debía llevar a su pequeña de dos meses en una carretilla ya que no la tenía con su mamá, luego conoció a su actual esposa y con la participación de su hermano han perseverado con el tiempo.
“Hay herramientas que nos han regalado y otras que hemos ido comprando, también este negocio me ha ayudado con mis hijas, sus cosas para el colegio y para costear los gastos médicos de mi hija, que falleció de cáncer”.
Maryuri de Díaz, detalló: “conductores que pasan por la vía o vecinos se paran y colaboran con diferentes insumos, sean alimentos, dinero en efectivo, útiles escolares y hasta uniformes, con eso hemos echado para adelante, de verdad la comunidad siempre ha sido receptiva y atenta”.
La generosidad tiene sus frutos y el hombre detalló que no ha faltado quien les eche la mano, “los Salas y otras familias nos han mostrado su apoyo y están pendientes, por ejemplo, cuando tienen tiempo sin verme o me ven en otros sitios me dicen que me esperan en su comunidad”.
El negocio que ha visto crecer a las hijas de Luis y de su hermano cumplirá el 12 de octubre 14 años, la edad de una de las niñas y tiempo en el que el aprecio de la comunidad para con la familia ha ido creciendo.