08/06/15.- A todo riesgo emprenden su jornada laboral los transportistas tequeños todos los días desde las 4:00 am, pues la inseguridad se ha convertido en un dolor de cabeza para todos, tanto para pasajeros como para conductores.

“He optado por no oponerme a los robos, no vale la pena arriesgar la vida por unos billetes, sin decir nada les doy la cajita con el dinero para que no me hagan nada”, reveló un chofer que prefirió no identificarse.

El modus operandi de los choros es subir a las unidades y cuando pasan por alguna zona solitaria sacan sus armas y despojan de sus pertenencias a todos los que vayan en el autobús. “Varias veces me han asaltado, he optado por no llevar mucho efectivo encima ni salir a la calle con objetos valiosos”, indicó Rosa Morales, usuaria.

Una de las rutas preferidas de los antisociales es la de Los Alpes-San Pedro. “Se producen muchos asaltos en la carretera Panamericana y en La Culebra. Los delincuentes esperan que las unidades se adentren en estas vías para luego pegarles el quieto”, contó Alfredo Pacheco.

Pasajeros manifestaron que en los últimos meses ha aumentado el número de vendedores informales. “Muchas veces la situación incomoda, se suben hasta cuatro en un trayecto corto, y como uno anda tan nervioso con la inseguridad entonces no sabes si comprarles para prevenir un posible asalto o ignorarlos”, explicó Carmen Osorio.

El horario de los transportistas culmina entre las 9:00 y 9:30 pm. “Trabajamos hasta temprano para evitar ser víctimas del hampa”, indicó un transportista, mientras que los usuarios relataron que cuando salen tarde de sus trabajos deben pagar taxis porque no hay autobuses.

“No todos los días hay para pagar un carrito, pero es preferible hacer un sacrificio y evitar andar caminando por las calles y arriesgar la vida. Otra cosa que se ha convertido en un problema es que los taxis casi no se meten a los barrios, estamos fregados por todos lados”, expuso Ana Vásquez.

Falta de repuestos hace que circulen carcachas

Conseguir autopartes es un viacrucis para los dueños de las unidades, pues tienen que trasladarse fuera de Los Teques para conseguirlas. “En varias oportunidades he tenido que buscar los repuestos en Valencia porque aquí no se consiguen. Lo que más se cambian son los cauchos y ahorita están carísimos, pasan de 10.000 bolos”, agregó Miguel Parada.

Johana Rivas, quien trabaja ayudando a llenar los autobuses, indicó que no todas las unidades están en mal estado. “Hay camioneticas que funcionan muy bien; sin embargo, muchas se deterioran por la falta de mantenimiento”.

Añadió que los choferes hacen todo por trabajar y llevar el pan a sus hogares, pero muchas veces se quedan accidentados por salir en unidades en mal estado.

Otros han decidido pintar en sus ventanas consignas que hacen alusión a la escasez de repuestos. Según sus declaraciones, aún no tienen previsto tomar acciones de calle; no obstante, recalcaron que son duramente golpeados por la crisis que vive el país.

Cafeteras andantes contaminan al ambiente

Son muchos los dueños de colectivos que no les hacen el debido mantenimiento, por lo que van emanando una nube negra de humo que perjudica la salud de los transeúntes.

Estas humaredas pueden ocasionar serias complicaciones, como infecciones respiratorias, irritación ocular y alergias; esto sin considerar el mal olor y las partículas de sucio que quedan en la ropa.

Tequeños consideran que deberían aplicarse sanciones en estos casos. “El pasaje cada vez es más caro y las camioneticas están en pésimas condiciones, tienen que y utilizar el dinero para reparar las fallas de los carros”.

En conclusión, las unidades están en mal estado y representan un potencial daño al ambiente, pero no se pueden reparar por la escasez y altos costos de repuestos; mientras que los transportistas están en la espera de una mejora en la economía del país para poder brindar un servicio de calidad.

Por: Herlis Domínguez/Fotos: Andreína Alemán