Todo nuevo comienzo es una lucha y empezar en el mundo del emprendimiento es un camino largo por recorrer, se necesita capacidad para mantener un negocio.

Para llegar al éxito, Ruth Martínez, quien comenzó como modista, entre la creatividad y la inquietud de mejorar sus diseños no descansó en su afán de concretar sus ideas, en hechos.

Con dos pequeños que necesitaba sacar adelante, quedarse en casa no era una opción “se me dificultaba poder trabajar en una empresa con los bebés, siempre estuve rodeada en el mundo de la costura, allí encontré la vena que me inspiró a comenzar”.

Cuenta que a su corta edad ya organizaba y remataba “lo que es conocido como quitar los hilos sobrantes”.

 “Mi razón de superación en todo momento fueron mis hijos, así comencé a realizar mis propios trabajos, con dos máquinas caseras, una mini-recta y una overlock. Esto fue en el año 2004”.

A pesar de sus limitantes, fue constante en sus proyectos. “Recuerdo que empecé haciendo pijamas para niños debido a que las máquinas que tenía eran tradicionales. En ese entonces realizaba ajustes en prendas de vestir, cambios de cierres y ruedos”.

 “Fui avanzando en este universo de las telas, ofreciendo mis trabajos desde mi hogar, desde allí organicé mi tiempo, me desenvolví en la confección, que ya estaba dando buenos ingresos”.

El emprendimiento iba creciendo, y decidió optar por un crédito con la Gobernación de Miranda, que en aquel momento ofrecía ese beneficio a través de Fondemir. Esto se materializó en 2006.

“Ya contaba con más clientes y era necesario ampliar mi proyecto comencé a tocar varias puertas, entidades bancarias y organismos gubernamentales”.

Su gran oportunidad

Después de un tiempo, su crédito fue aprobado. “Que emoción, todo mi esfuerzo fue recompensado y así pude comprar dos máquinas industriales”.

 “Mi día a día comienza con la visita de tres a cuatro tiendas de venta en telas, verifico precio – calidad en cada material que compro. Actualmente me dedico a vestir a la mujer con prendas cómodas, actuales y versátiles”.

La conexión cliente – modista es muy importante a la hora de terminar una prueba, “mi tarea es aconsejar que tipo de arreglo es adecuado a cada cuerpo”.

 “Ya me extendí en el área del uniforme, elaboro franelas escolares, monos y suéteres. Para poder darse a conocer con este nueva iniciativa, organiza su tiempo y lleva las muestras a colegios de la ciudad”.

Después de 17 años, en octubre de 2023, a Ruth le entregaron su propio local en Mercado Plaza de Los Teques, puesto 0.60 Nivel Plaza, puerta A. La pueden contactar a  través de su  Instagram @confecciones.SSMM.