No es fácil encontrar la verdad, porque la mayoría de la información disponible muestra los estudios positivos sin dar cuenta de los resultados negativos o las inconsistencias. Si quieres saber si el té verde realmente puede ayudarte, tienes que pensarlo desde una perspectiva científica. Cuatro de los mayores beneficios atribuidos al té verde son sus capacidades para combatir el cáncer, sus usos para enfermedades cardíacas, para regular la insulina en pacientes diabéticos y para ayudar a la pérdida de peso.

¿Por qué té verde?

Hay tres tipos diferentes de té: el verde, el negro y el oolong, pero solamente el verde tiene la reputación de poseer estos beneficios importantes. La razón de esto se relaciona a la forma en que se lo produce. Mientras que el té negro está fermentado y el oolong está parcialmente fermentado, el té verde no lo está, lo que implica que conserva más de sus polifenoles. Éstos son poderosos antioxidantes, que combaten los radicales libres y, por lo tanto, se cree que ayudan a combatir el cáncer, la enfermedad cardíaca e incluso el envejecimiento.

Radicales libres: amenaza celular

Pese a tener un nombre salvaje y divertido, los radicales libres tienen en realidad una reputación bastante mala. Una alta cantidad de ellos se asocia a la enfermedad de Parkinson, al Alzheimer, al cáncer y a las enfermedades cardiovasculares. Se cree que merodean a través del cuerpo, destruyendo paredes celulares y dañando al ADN. Esto sucede cuando los radicales libres roban electrones de moléculas importantes en el cuerpo y, por ende, hacen que se descompongan. Esto es sin dudas algo malo, y explica sus asociaciones negativas.

Radicales libres: el otro lado de la historia

Sin embargo, no son completamente malos. Tu cuerpo es una máquina bastante complicada, y parece ilógico que simplemente deje que químicos malignos dañen células vitales sin ninguna razón. Los radicales libres juegan en realidad una variedad de roles importantes, como combatir bacterias y convertir oxígeno y alimentos en energía. Tu sistema inmune cuenta con ellos, por lo que consumir compulsivamente antioxidantes para eliminarlos puede no necesariamente ser algo tan sabio. El papel de los antioxidantes (como los polifenoles que se encuentran en el té verde) no está comprendido de manera clara por la ciencia, pero parecen tener algunos beneficios.

Cánceres

Los dos cánceres que más probablemente serán combatidos con el consumo de té verde (de acuerdo con los estudios) son el de vejiga y el de mamas. En la investigación realizada en ambas áreas hasta ahora, se ha mostrado que el consumo de té verde reduce el riesgo de desarrollar cáncer e incrementa las tasas de supervivencia. Sin embargo, el riesgo de desarrollo de la mayoría de los otros cánceres estudiados, incluyendo el colorrectal, de esófago y de pulmones, puede reducirse o aumentar, según los distintos estudios. Se necesita mucha más investigación en el área.

Enfermedades cardíacas

Los estudios poblacionales han indicado que el té verde puede ser de ayuda para prevenir enfermedades cardíacas. Estos estudios siguen a grandes grupos de participantes o utilizan datos existentes para determinar el efecto del té verde sobre la probabilidad de desarrollar enfermedades cardíacas. Aunque los investigadores no están seguros de por qué, la sugerencia tentativa es que dado que reduce los niveles de triglicéridos y colesterol, el té verde reduce el riesgo de enfermedades cardíacas. Se estima que tres tazas por día reducen en un 11 por ciento la posibilidad de que desarrolles la condición.

Diabetes

La investigación sobre los efectos del té verde sobre la diabetes es limitada, y puede también ser contradictoria. Mientras que algunos estudios muestran que puede prevenir la diabetes de tipo uno y aletargar su progreso, hay también resultados en conflicto. Esta es otra área en la que claramente se necesita más investigación, puesto que algunos estudios no muestran beneficios para los niveles de insulina.

Pérdida de peso

Un área en la que los beneficios del té verde tienen más apoyo es la pérdida de peso. Esto se logra principalmente a través de la aceleración del metabolismo, reduciendo las cantidades de colesterol LDL “malo” y aumentando la cantidad de colesterol HDL “bueno”. Este efecto también despeja las arterias, lo que suele mejorar su función.

Fuente: Ehowenespanol