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Lactancia materna, un lazo de amor y vida

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Periodistas de Avance

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Es una fuente inmensa de emociones Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lactancia materna es una de las formas más eficaces de asegurar la salud y la supervivencia de los niños.


La leche proporciona toda la energía y los nutrientes que los bebés necesitan durante sus primeros meses y suple parte de sus necesidades nutricionales hasta el segundo año de vida.

También promueve el desarrollo sensorial y cognitivo de los niños y los protege de enfermedades e infecciones crónicas, como la diarrea o la neumonía.

Además de los beneficios inmediatos, propicia una buena salud durante toda la vida.

De acuerdo con la OMS, los adolescentes y adultos que fueron amamantados desde pequeños tienen menos posibilidades de sufrir sobrepeso u obesidad, y son menos propensos a sufrir enfermedades como la diabetes.

Los expertos sugieren que ésta debe ser fuente exclusiva de nutrición durante los primeros seis meses de vida, lo que garantizará un adecuado crecimiento y desarrollo físico y mental del niño.

“Si se amamantara en la primera hora después de su nacimiento, se le alimentara de manera exclusiva con leche materna durante los primeros seis meses de vida y se prolongara la lactancia hasta su segundo año, se salvarían unas 800.000 vidas infantiles”, asegura la OMS en un artículo publicado en su página web.

 Salud y bienestar

Los beneficios no sólo los recibe él. La lactancia también contribuye a la salud y el bienestar de la madre al disminuir el riesgo de cáncer de útero y de seno.

Esta práctica permite que la recuperación posparto de la madre sea mucho más rápida, le ayuda a obtener su peso anterior al embarazo y disminuye el riesgo de padecer enfermedades óseas como la artritis y la osteoporosis.

Más allá de las ventajas para la salud, la lactancia es una inmensa fuente de emociones, capaz de fortalecer los lazos afectivos que la madre crea con su hijo desde el embarazo.

Cuando un niño o niña se acerca al pecho de su madre no sólo recibe el alimento ideal para su crecimiento, sino también una serie de experiencias sensoriales que influirán en su desarrollo cerebral y en su salud afectiva.

Un espacio de contacto intimo

La lactancia constituye un espacio de contacto íntimo entre la madre y el bebé. El contacto corporal, el olor, la voz o las miradas serán las primeras demostraciones de amor y de comunicación; es el inicio de un diálogo que luego se producirá a través de las palabras.

Las madres deberán considerar que, aunque sus demostraciones de afecto no sean evidentes, durante los tres primeros meses de vida el desarrollo afectivo.

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