Ya se ha vuelto costumbre ver a centenares de tequeños hacer largas filas para comprar en el Central Madeirense. Ayer llegó harina, aceite y papel sanitario y la gente se movilizó
Glorimar Fernández. Bien tempranito comenzaron a concentrarse ayer compradores de la capital mirandina en los alrededores del Central Madeirense que está en el Centro Comercial La Hoyada. La noche anterior, muchos de ellos se enteraron que el camión que cargaba harina de maíz integral, aceite vegetal y papel sanitario, estaba descargando.
Un grupo grande dejó a sus hijos en la escuela antes de lo habitual, a las jubiladas no les dio tiempo de ver su programa de las mañanas y uno que otro informó al trabajo que se iba a retrasar, pues conseguir estas tres joyas en un solo día, fue una oportunidad que no pudieron desaprovechar.
Lo primero que hicieron trabajadores al llegar, fue hacer una barricada de carritos del supermercado en la entrada del local, para evitar que la gente se alzara y entrara a la fuerza, como sucedió en diciembre, cuando acudió la División de Orden Público de Polimiranda en pleno, a frenar una golpiza entre gente que se peleó por la comida.
La regla de ese día fue que cada persona podía tomar dos productos de cada tipo. Las cajeras calurosas pedían a sus compañeros, los que embolsan, que le consiguieran agua o algo que estuviera bien frío, porque sólo con ver el gentío de afuera y la colota que había en cada puesto, comenzaban a sudar.
Transcurridas dos horas de abierto el supermercado, la fila de consumidores doblaba hacia la calle Ribas. Allí desayunaron, tomaron café para apaciguar el hambre que aparece cuando llega el mediodía y se encompincharon con sus vecinos de la cola, no era para menos que se intercambiaran sus números, pues era la garantía de que tendrán un nuevo amigo que le informará de la próxima jornada.
Se nota el descontento
Compradores que se pasean por cualquier abasto que ven repleto y además, se sudan las colas de los supermercados, no dejan de quejarse por la escasez y hacen un llamado al gobierno nacional a que finalice con la crisis de alimentos que se registra hoy en día en el país.
“Esto es lo más parecido a Cuba, me va vergüenza y dolor que en este país nunca haya nada, a veces me abstengo de comprar lo que necesito por no hacer una cola de más de cien personas”, declaró Melva Delgado, ama de casa.
El presidente Maduro informó a mediados de octubre, que harían alianzas con cadenas internacionales de distribución de comida para reforzar la red pública y privada, pero hasta la fecha no se ha puntualizado cuándo llegarán estas empresas al país.
David García, trabajador que el jueves anduvo en busca de alimentos, opinó que “estaba rezando que no hubiesen productos que andas escasos, porque sólo venía a buscar unos pimentones, en este país hay que hacer cola para todo hoy en día”.