La leche condensada es una variante que se utiliza para complementar otros alimentos, como el café o como ingrediente para hacer algunos postres. Su sabor suele ser dulce, ya que se hace con azúcar, su textura espesa y su preparación muy sencilla. Normalmente se acude al supermercado para adquirirla ya hecha pero, si tenemos con un poco de tiempo, la receta casera siempre quedará mejor que la industrial.

Los ingredientes que se requieren son 400 gramos de leche en polvo, 550 gramos de azúcar y  250 mililitros de agua.

Preparación: colocar en una olla todos los ingredientes y calentar a fuego lento. Es muy importante no descuidar la mezcla e ir removiendo con frecuencia

utilizar una cuchara de madera o unas varillas para ir removiendo la mezcla. 

Vigilar que no hierva, pues la idea es calentar la leche y que todos los ingredientes se integren bien para que tomen la consistencia adecuada, no se deben cocer. Una vez conseguido la consistencia adecuada, se debe retirar del fuego y dejar que se enfríe. Mientras se enfría, veras que todavía se torna más espesa de manera que, si la retiras un pelín antes de conseguir la textura perfecta no pasará nada. Es más, es aconsejable que lo hagas.

Una vez fría, se guarda en tarros con cierre hermético para que se conserve mejor y degustarla cuando apetezca./IM/gf

Fotoleyenda: Este tipo de preparación le lleva una morena a la industrial

Si se utiliza leche normal en lugar de en polvo, es importante saber que el proceso de preparación es más lento y llevará más tiempo conseguir el espesor deseado, característico de la leche condensada. Con la receta de la leche en polvo, aproximadamente, llevará entre 20 y 30 minutos hacerla, mientras que de la otra forma puede tardar alrededor de 45 minutos o 1 hora.